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Hoy Escriben - Elio Henríquez

Rotonda Pública

Crisis en Michoacán

El asesinato del presidente independiente de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, ha detonado una crisis en esa entidad productora de aguacate que desde hace muchos años está sumida en una situación de violencia incontenible.

El crimen ha puesto al gobierno federal bajo la metralla mediática de la oposición que está aprovechando el caso para golpear políticamente con el tema de seguridad, en el que mejores resultados se han visto en la actual administración, aunque no sean suficientes para considerar que se ha salido de la crisis.

El asesinato de Manzo, que antes fue diputado federal por Morena, ha cobrado notoriedad por tratarse de un alcalde que decidió enfrentarse con todos sus recursos al crimen organizado. De hecho, algunos lo comparaban con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien ha combatido a las pandillas de su país.

Además, Uruapan es la segunda ciudad más poblada de Michoacán, después de Morelia, la capital.

Otro punto a tomar en cuenta es que el finado estaba en desacuerdo con la política lopezobradorista de “abrazos, no balazos” que en alguna medida ha cambiado en el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.

Algo de lo más llamativo es que su asesinato a balazos ocurrió en la principal plaza pública de Uruapan, cuando participaba en el tradicional festival de las velas, en el marco del día de muertos. ¡Qué ironía!

Conocido popularmente como “El del sombrero”, Manzo fue acribillado a tiros a las 8 de la noche del sábado 1 de noviembre, cuando convivía con decenas de personas, es decir, en público, por lo que habrá videos varios del hecho.

No puede pasarse por alto el hecho de que el alcalde contaba con un doble dispositivo de seguridad, el primero de su policía municipal y el segundo de fuerzas federales con 14 elementos y dos vehículos.

Daba la impresión de que Michoacán, donde se hicieron conocidas las autodefensas antes del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, había mejorado en los últimos años en el tema de seguridad, pero nuevamente se ha ido descomponiendo al grado de ser una de las entidades más violentas junto con Sinaloa, ambas gobernadas por Morena, el partido oficial.

Las autoridades quizá debieron de poner más atención en Michoacán a partir del asesinato del dirigente limonero, Bernardo Bravo, ocurrido el pasado mes de octubre, cuyo caso también llegó a la conferencia mañanera del Palacio Nacional.

Es decir, en poco tiempo van dos casos de violencia muy mediáticos en Michoacán que están abonando al descontento social que podría pasarle la factura a Morena en las elecciones de 2027. Seguramente en las siguientes elecciones se hablará del 1 de noviembre.

El estado purépecha lleva al menos dos décadas desangrándose con tres gobiernos de distinto color.

Habrá que recordar que fue precisamente en Michoacán, su tierra natal, donde el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa declaró la guerra contra el narcotráfico que ocasionó un baño de sangre en el país y disparó la descomposición en muchas regiones de México.

Claro que lo que el chaparrito panista buscaba cuando apareció envuelto en un uniforme militar dos tallas más grandes que él y que fue motivo de numerosas caricaturas, era legitimarse después de las denuncias de fraude en las elecciones que lo colocaron en los difuntos Pinos.

Volviendo al caso de Carlos Manzo, habrá que decir que nuevamente ha puesto de alguna forma en el centro el tema de la seguridad en el país.

La presidenta tuvo que salir a condenar el hecho que ha indignado a mucha gente y a afirmar que se hará justicia.

A la justa indignación de la sociedad habrá que decir que la oposición cumple con su papel al aprovechar el caso para criticar la política de seguridad federal, como si la de Calderón hubiera dado buenos resultados y su secretario de Seguridad, Genaro García Luna, no hubiera terminado preso en Estados Unidos por su relación con el narcotráfico.

Tampoco hay que asombrarse de que de inmediato haya metido la nariz el gobierno de Estados Unidos que está buscando el menor pretexto para intervenir de algún modo en el tema de seguridad en México.

A través del subsecretario de Estado y antiguo embajador de Washington en México, Christopher Landau, el gobierno del presidente Donald Trump envió un mensaje fuera de lugar, aprovechando la desgracia, para ofrecer por enésima ocasión ayuda injerencista para combatir la inseguridad.

Por lo pronto, urge el esclarecimiento del crimen y el castigo a los culpables, además de reforzar la seguridad para evitar que vuelvan a ocurrir más asesinatos.

Picotazos. Medio a medias o como dice el chavo del 8, sin querer queriendo, España ha reconocido la injusticia cometida en contra de los pueblos originarios durante la conquista. Podría decirse que es un esbozo de perdón. La presidenta Claudia Sheinbaum ha dicho que es un primer paso. Es posible que no haya un segundo paso y que con eso el gobierno mexicano se dé por bien servido y comiencen a normalizarse las relaciones entre ambos países, interrumpidas parcialmente desde que López Obrador exigió que España pida perdón por los agravios durante la conquista. Algo es algo para México, aunque para la derecha española es demasiado... Ojalá así como actuaron en el caso del Colegio de Bachilleres procedan las autoridades en las demás instituciones en las que se repiten esas prácticas corruptas. Sería lamentable que se actuara por alguna venganza política o por otros intereses.

Han comenzado a asomarse al suelo coleto, así sea tímidamente, las heladas del invierno que se acerca. Ya no es como antes. Ahora en estos tiempos es una incertidumbre y cuesta atinarle qué tan frías serán las noches y los días de aquí a que llegue la primavera. Por lo pronto, la primera helada de 4 grados centígrados cayó el 1 de noviembre. Hace algunos años no fallaba que el 24 de octubre caía la primera de muchas. Fin