La marcha
La marcha de la llamada Generación Z para exigir, entre otras cosas un alto a la violencia y la inseguridad en el país, transcurrió el sábado pasado en la Ciudad de México casi como se había venido pronosticando, aunque tal vez sobrepasó el nivel de agresividad que se había previsto.
Es necesario aclarar que no hubo violencia en contra de personas, salvo contra los policías que trataron de contenerlos, sino básicamente contra las estructuras e instalaciones del gobierno federal y capitalino.
Nada fue improvisado, pues los agresores iban bien armados con grandes marros, esmeriles eléctricos, tijeras corta cadenas y cuerdas para derribar primero las grandes vallas metálicas colocadas frente al Palacio Nacional y luego tratar de ingresar a ese edificio histórico.
Los dirigentes de los partidos políticos (PAN y PRI) que alentaron y posiblemente contribuyeron a patrocinar la manifestación, se cuidaron de no aparecer para que no los ligaran con la violencia, lo que significa que sabían a qué iba el grupo que ocasionó todo el problema.
También en las ciudades fuera de la capital, como en San Cristóbal de Las Casas donde lograron juntar a alrededor de 100 personas, se cuidaron los dirigentes partidistas de no aparecer en las manifestaciones, pues sabían que los ligarían con la violencia sucedida en el Zócalo.
Como casi siempre, los policías capitalinos se excedieron en el uso de la fuerza pública (entre los agredidos se encuentra el fotógrafo de La Jornada, Víctor Camacho, originario de Tuxtla Gutiérrez) para tratar de contener a ese grupo violento, aunque hay que aclarar que intervinieron sólo cuando empezaron a derribar las vallas y trataron de ingresar al Palacio.
Como que el asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, que ha sido tomado como bandera, genera cada día más sospechas acerca de que pudo tratarse de un crimen planeado para tratar de despertar o justificar la violencia de grupos de la derecha.
Lo grave es que, independientemente de lo que pasó el sábado, la derecha opositora no tiene propuestas que atraigan al electorado y más parece que está apostando a la violencia para desestabilizar y exhibir al gobierno morenista que con funcionarios envueltos en actos de corrupción, se pone de pechito para que le pegue políticamente.
Da la impresión de que está buscando provocar que haya represión del gobierno para exhibirlo en el exterior como un régimen opresor que ameritaría la intervención del angelito llamado Donald Trump, presidente de Estados Unidos.
¿La violencia ocurrida el sábado 15 es sólo un ensayo de lo que vendrá después de parte de esos grupos violentos? El gobierno debería de actuar de inmediato para ubicarlos e investigar a qué intereses responden; quién los patrocina. De lo contrario, van a seguir causando problemas buscando que haya derramamiento de sangre.
Habrá que insistir en que el actual régimen de la llamada cuarta transformación se instaló en 2018 por la vía democrática y sin violencia, sino con propuestas del entonces candidato (en tres ocasiones), Andrés Manuel López Obrador.
Al parecer, los partidos opositores no encuentran la fórmula de cómo sacar del poder a Morena, que se ha logrado consolidar a partir de las elecciones presidenciales de 2018. Lo que más preocupa a la oposición derechistas es que el partido gobernante tiene amplias posibilidades de repetir en 2030, cuando menos, así como están las cosas actualmente.
La oposición debería de enforcase a hacer propuestas, abandonar su discurso de confrontación y dejar de apoyar o auspiciar manifestaciones violentas.
Picotazos. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), cumplió ayer 17 de noviembre, 42 años de su fundación. Si bien no tiene la fuerza de hace dos décadas, por ejemplo, se mantiene como un actor político importante en la vida nacional, generando propuestas anticapitalistas para la sobrevivencia de la humanidad. Uno de los grandes logros ha sido, sin duda, la revalorización del indígena que desde siempre había sido pisoteado. Muchos de sus dirigentes originales ya no están en sus filas porque fallecieron o porque se salieron, pero mucho otros se mantienen en la lucha… Los trabajadores del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado Municipal (Sapam) o de la empresa responsable de la obra, deberían de tener más cuidado para no afectar a la población. Resulta que los empleados que realizan los trabajos para cambiar la tubería central sobre la calle Julio M. Corzo rompieron un tubo la semana pasada y dejaron sin agua a los usuarios del barrio de Santa Lucía y otras áreas. Muchos pobladores se quejaron de que el jueves les dieron agua sin presión y el domingo que les tocaba se las quitaron. Ayer lunes también les tocaba y sólo les dieron un rato con baja presión. Ojalá que el Sapam haga algo para que los usuarios no se queden sin el servicio… Los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), realizaron movilizaciones y un paro de labores los días 13 y 14 de noviembre y otra vez el gobierno federal no atendió sus exigencias, por lo que están programando una nueva jornada de protestas y un paro de 72 horas para diciembre próximo. El problema de los paros de labores es que afecta a miles de alumnos que pierden clases, pero parece que el Gobierno Federal no tiene muchas intenciones de atender sus demandas en su totalidad. Los profesores ya amenazaron con boicotear los partidos del mundial de futbol que se jugarán en México, incluyendo nada más y nada menos que la inauguración. Fin
