La partida anticipada de amigos, seres queridos, personas valiosas y mucha gente en general nos hace preguntarnos qué hacer para ayudar a disminuir la letalidad del peligroso SARS-CoV-2.

El inicio de la vacunación a adultos mayores ha provocado un vuelco en el estado de ánimo. La esperanza ha reaparecido.

Sin embargo, falta mucho para que concluya la inmunización de toda la población, ocurrirá hasta el 2022.

En las últimas semanas se ha reducido el ritmo de contagio. El pico alcanzado al finalizar el año pasado comenzó a disminuir. Pero la pandemia sigue siendo grave y la letalidad alta.

El gobierno federal ha tenido aciertos importantes en la lucha contra el covid-19. Primero, ha dado información diaria a la población. Segundo, ha recuperado infraestructura hospitalaria que estaba abandonada. Tercero, ha ampliado el número de camas disponibles. Cuarto, ha contratado a nuevo personal médico. Quinto, estableció pronto los contactos para la adquisición de las vacunas.

Ahora bien, es importante seguir explorando nuevas medidas, que permitan ayudar a salvar vidas. En ese sentido, deben considerarse en todo el país puntos como los siguientes:

1. Impulsar la detección temprana del Covid. Una parte importante de los decesos ocurre porque las personas ya llegan en muy mal estado a los hospitales. Es importante facilitar las pruebas, rápidas y no rápidas. También es necesaria la comunicación rápida con las personas que estuvieron en contacto con los contagiados para que se examinen y, en su caso, se atiendan pronto.

2. Difundir una especie de kit de atención inmediata. En cuanto alguien tiene los resultados positivos de sus exámenes o los primeros síntomas, debe saber qué hacer. Mucha gente se autorreceta y otra se queda a la espera de que los síntomas desaparezcan por sí solos.

3. Promover un manual de actitudes de prevención. Por ejemplo, qué alimentos y complementos ingerir para fortalecer el sistema inmunológico. Evitar conversaciones en el transporte público. Medidas de higiene bucal. Lavado constante de manos. Evitar los cuchicheos, que rompen la sana distancia.

4. Contemplar “minicuarentenas” de cinco a siete días de visitantes extranjeros que vengan de países con fuertes problemas de contagio.

5. Patrullajes civiles para evitar fiestas y reuniones masivas, vigilar el uso del cubrebocas y la sana distancia con llamados amables y constantes.

6. Contemplar el posible uso de todas las alternativas médicas existentes para salvar la vida de personas que se encuentren en grave estado. Subrayo todas. Es importante evitar el dogmatismo que descarta alternativas que pueden salvar una vida. Aquí entran medicamentos antinflamatorios, anticoagulantes, antivirales, homeopáticos, experimentales y otros.

7. Dar facilidades de diverso tipo a centros de trabajo para evitar la concentración de personas en lugares encerrados durante mucho tiempo. Por ejemplo, debe permitirse a todos los restaurantes extenderse hacia las banquetas para dar el servicio al aire libre. Las reuniones y la atención al público deben realizarse en patios, jardines y estacionamientos. Los órganos de justicia, legislación y administración deben privilegiar las sesiones virtuales. A los establecimientos se les debe permitir horarios prolongados.

En todo caso, se trata de hacer lo necesario para salvar vidas.