El expreso 8476: historia sombría

Marcos: el gigoló de la polstica

El caso del expreso 8476 es para un estudio de Freud, padre del psicoanálisis. Uno no encuentra explicaciones racionales de cómo un sujeto, de pronto, puede caer obnubilado por el odio. El toro de Falaris es una representación dramática de la demencia que asfixia a ciertos individuos del poder.

Recuento

El lunes 14 de enero de 2002, en la madrugada, sujetos desconocidos atacaron a balazos la casa del Ombudsman Pedro Raúl López Hernández, en la colonia La Salle, al oriente de la ciudad. López es un robusto abogado que, una y otra vez, denunció las violaciones a los derechos humanos por parte del Torquemada Pablo Salazar Mendiguchía (2000-2006).

Encierro, destierro o entierro fue la sentencia aplicada en ese régimen autocrático. De manera taxativa, significó el mecanismo de control. (Todavía recuerdo a un individuo de dientes sarrosos y manos largas llamado César Chávez Castillo cuando, entre carcajadas luciferinas, recordaba a los opositores la frase).

Meses siguientes de aquel turbulento lunes, en su despacho de palacio de gobierno, Salazar no se anduvo con rodeos. “ya estoy hasta la madre de ti”, le advirtió al defensor del pueblo en una reunión con los presidentes de las Comisiones de Derechos Humanos del país. Yo estuve presente.

Y golpeó violentamente una mesa rusa de madera de color café. López no se arredró. Teniendo de aliados al poderoso diario Cuarto Poder, a los diarios nacionales y al polémico obispo Samuel Ruiz García, ventiló la coacción. El abogado pagó caro su osadía. Tuvo que huir de Chiapas.

Morboso

Es abril 19 de 2002. Promotores de derechos humanos denunciaron el clima de tiranía en Chiapas. Salazar respondía siempre con candongas morbosas.

Su locura fue manifiesta lanzando la policía estatal a amas de casa y chiquillos que realizaban una marcha en Puerto Madero llevando banderitas blancas. Hubo decenas de golpeados y niños desaparecidos.

En un día lúgubre, la policía atacó a un grupo de normalistas de la escuela rural Mactumatzá en horas de la tarde que minutos antes airadamente había protestado frente a sus oficinas. Fue asesinado a tiros Joel David Martínez López, conductor del camión en el que regresaban los jóvenes a su escuela. Nunca se supo quién jaló el gatillo.

CNTE

Tiene mirada gatuna que esconde detrás de gruesas gafas blancas; risa maligna que sabe brotarla en el momento oportuno. Charum es el sultán de la maldad que sobresale en el diccionario del infierno.

Amigo de Gregorio Sánchez Martínez, el tal Greg, éste detenido por la PGR por sus presuntos nexos con el crimen organizado en el estado de Quintana Roo; amigo del rey de la mezclilla Kamel Nacif quien estuvo implicado en un bochornoso escándalo de pederastia en Puebla siendo gobernador Mario Marín y del cual dio cuenta la periodista Lidia Cacho lo que a ella le costó la libertad.

El 15 de febrero de 2005, desde el gobierno se ordenó un violento operativo en el municipio de Tila. En el alba de ese día, unos 800 policías sectoriales armados al estilo Robocop (hasta los dientes, se diría popularmente) sitiaron el pueblo, quemaron casas, golpearon a mujeres embarazadas, niños y ancianos.

La furia salazarista aplastó al movimiento magisterial. La estrategia de linchamiento propagandístico fue peccata minuta en comparación a los encarcelamientos, amenazas de muerte y flagrantes violaciones a las garantías constitucionales que sufrieron figuras clave de la resistencia.

La CNTE fue una piltrafa, una prostituta temerosa que se sometió al dictador. Hoy esa guerrilla ha usado la libertad como libertinaje. Qué paradoja. Les gusta la mala vida, diría la plebe. Es masoquismo emocional.

Marcos: el gigoló

¿En dónde estuvo Marcos cuando el tirano Salazar sostenía un erotismo desenfrenado con el abuso? Ahí, en donde siempre ha permanecido. En la liviandad que le da la capucha, o viajando sin ella. Marcos es financiado por grupos subversivos del extranjero.

A diferencia de los valientes que han hecho revoluciones por el mundo, Marcos vive atrapado en un pasamontaña. Es un cobarde, aunque él mismo se retrata como la reencarnación de El ché. Un cobarde que muy bien ha comido de los chantajes. Los indígenas son su botín en su zona de confort. Sus manos tienen manicura. Fuma pipa. Es un gigoló de la política.

Hace algunas semanas su voz se volvió a escuchar, sin la fuerza de antes porque, cierto, fue figura mediática en el México convulso de antaño. Tocó tambores de guerra y todos nos preguntamos y ahora, ¿qué quiere Marcos?

¿Le hace ruido el nombre de Paloma Guillén Vicente? Es priista. Ha sido diputada federal. Notaria. Colaboradora cercana de Enrique Peña Nieto en alguna época. También es hermana de Marcos.

¿Le dice algo que, de pronto, el fantoche reaparece para hacer bulla desdibujando la realidad? A mí sí…