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Hoy Escriben - Húbert Ochoa

Sólo para enterados

PT: capos

Edwin Herrera

Es una empresa regentada por cuatro cuates que, en los setenta, egresaron con antecedentes reprobables de la normal rural Mactumactzá. Borricos como estudiantes y ya desde entonces expertos en chanchullos y el gatuperio.

Ingresar al Partido del Trabajo resulta imposible. Amadeo Espinosa Ramos, el gran capo petista; Abundio Peregrino García, Hugo Roblero Gordillo y Carlos Mario Estrada Urbina son quienes se reparten riquezas políticas y de poder. El PT es su botín. Ya preparan a los hijos para ir al latrocinio del erario.

Llama la atención que en meses pasados se sumó a la pequeña tribu Edwin Herrera Rodríguez, sujeto que en sus cuentas de Instagram comparte banalidades pero que, en la vida real, es un cuatrero de la política a sus 33 años.

Ya de por sí enfangado en escándalos de corrupción, el 28 de junio de 2022 se hicieron públicas conversaciones de WhatsApp que sólo confirmaron el pasado oscuro de este individuo que es una mancha mefítica de la cuarta transformación. Ahí, en el PT, cayó como anillo al dedo.

“Amigo, el dinero que se le entregó al profe en sus manos no se lo puedo pedir. Y aparte se te va a entregar tu nombramiento”, dice una parte del texto execrable.

15 mil pesos

La conversación es un intercambio de reclamos, disculpas y ofensas por el distrito municipal del PT en Ocozocoautla. “El profe” es Amado Espinosa Ramos, gánster consumado de la política que se ha arrodillado a todos los gobernadores en turno.

El operador del presunto fraude es Herrera Rodríguez en complicidad con Amadeo Espinosa Trujillo, hijo de Amadeo, este exsenador y diputado federal por sexta veces, estrechamente ligado al expreso 8476 Pablo Salazar Mendiguchía.

Son 15 mil pesos que le exigieron al joven para darle un nombramiento balín. Hasta hoy no recibe ni la devolución del dinero ni el dichoso nombramiento. Con una famélica estructura territorial que no llega a 50 municipios, el quid terriblemente pecaminoso de la pandilla de hampones es hacer alianza con partidos fuertes y seducir incautos. Ahí está el negocio millonario.

“El nombramiento no me quita el sueño, pero regrésame mis 15 mil pesos”, le reprochan a Herrera. “Ese pinche Edwin no le confío; es un trácala”, dice otra parte del ácido diálogo en poder de Sólo para enterados. Y, furioso, el afectado emplaza: “Te doy una semana para que me regreses mi dinero, cabrón”.

¿Quién es?

Se promociona como “experto en el manejo de conflictos personales”. Está ligado al sexenio 2012-2018 en atención ciudadana del gobierno de Chiapas. Su mejor época la vive a partir de que se enroló a Morena, siendo nombrado director en la Secretaría del Trabajo.

Estuvo al frente del programa Jóvenes Construyendo el Futuro de donde fue echado por la alarmante rapiña. Su protector es el súper delegado José Antonio Aguilar Castillejos, éste llamado “virrey” por sus corifeos y quien teje para la candidatura a gobernador en 2024, a pesar de sus conocidas transas. Tiene oficinas alternas en Bísquets de Obregón, frente a plaza Bonampak.

A través de la fundación fantasma Un regalo A.C., Herrera supo montar una amplia red de corrupción. Tengo datos de que, sólo en Cintalapa, creó entre 80 y 100 empresas fantasmas que embarra, incluso, a un excandidato a gobernador del PRI.

Durante su paso por Jóvenes Construyendo el Futuro, a cada becario le mochaba mil pesos por apoyo. Promovía la incorporación de proyectos apócrifos al gobierno federal para sus amigos y, por cada trámite, le daban entre 30 y 50 mil pesos.

El 7 de marzo de 2022, Espinosa Ramos juntó a toda la plana mayor de la mancebía petista para recibir a Herrera como el nuevo integrante de la mafia. Espinosa se desvivió en loas a Herrera “reconociendo su limpia trayectoria”. Y Herrera respondió: “Me siento en casa”.

Sospechoso

El 14 de julio de 2022 ocurrió sospechoso robo armado en el tramo San Cristóbal-San Juan Cancuc. “La delincuencia” se habría llevado casi un millón de pesos destinados a jóvenes becarios. El hombre responsable de transportar dicho dinero era Pedro Torres Cruz. ¿Por qué no se hicieron investigaciones policiales?

Conejobús

Fue un sistema de transporte colectivo que pudo funcionar en una metrópoli gigantesca, desarrollada y moderna, sí, pero con crecimiento anárquico que es otra herencia del pasado.

Lamentablemente se dejó en manos de golfos y monopolistas que, con jugosas ganancias diarias, se tiraron a una hamaca dando rienda suelta a la obesidad. Todo se echó a perder.

Ciento cinco “socios” del Conejobús exigen 3.5 millones de pesos por un adeudo que no sabemos de dónde se sacaron de la manga. O, si no, que el gobierno actual los reinstale en las rutas uno y dos.

De pronto surgen cofradías que, amparadas en una época corrupta, quieren sorprender para obtener dinero fácil que sale del peculio del pueblo. Si hacemos cuentas, ellos nos saldrían debiendo a los ciudadanos.