Cárcel a Mariano Díaz

La Parca

“Dios siempre está de buen humor; me encanta Dios”. Jaime Sabines

La foto que circuló en redes sociales el domingo 7 de agosto de 2022 es indignante. Mientras nueve policías municipales de San Cristóbal de las Casas disfrutan el cotorreo o revisando su Facebook, a unos metros de ellos dos personas eran ejecutadas a tiros.

Están en el pasaje Diego de Mazariegos, del centro histórico. Metralleta mal acomodada, casi en el suelo, a una policía se le observa indiferente, desparpajada, en riesgo porque el arma puede dispararse sola a falta de destreza. Otra compañera le ojea, curiosa, el celular de protector rojo. Algo las cautiva.

Portan uniforme azul en cuya chaqueta, parte trasera, se lee con letras grandes mayúsculas de color blanco: “Policía Municipal”. Es evidente el relajamiento físico y psíquico que muestran.

Confort

El confort en el que se desenvuelven los funcionarios del gobierno de San Cristóbal proviene del vacío de autoridad que mantiene en asma al pueblo, claro, desde que tomó posesión el ingeniero forestal Mariano Díaz Ochoa.

La tragedia ocurrió en Nueva Esperanza, colonia ubicada en el lado norte de San Cristóbal. Javier “N” y José “N”, que recibieron disparos en rostro y pecho, habían salido de Chenalhó para comprar madera.

Iban a bordo de un vehículo marca Nissan, tipo Tsuru gris, con placas de circulación del estado de Puebla. Los sicarios emplearon el método de siempre: usaron una motocicleta y el copiloto disparó contra el vehículo.

Pandillas

En Nueva Esperanza operan pandillas tzotziles que se dedican a la venta de estupefacientes, hurto a transeúntes y cuentahabientes, robo de motocicletas y vehículos.

No hay un día, uno sólo, en que este pintoresco lugar deje de figurar en sucesos criminales por la abierta supremacía del grupo Los Motonetos. Mariano es el principal sospechoso por complicidad u omisión. Reconoce que ha sido rebasado.

Sea como fuere el nudo que, al parecer, guarda Mariano con los Motonetos, urge que el Parlamento chiapaneco asuma su papel sustantivo de garantizar el Estado de Derecho en San Cristóbal y contribuya a formular un marco jurídico equitativo, imparcial y eficiente para la sociedad.

Destituir, investigar y encarcelar a Mariano Díaz Ochoa es una prioridad que debe estar, ya, en la agenda del Legislativo. No hay de otra.

La Parca

Ahí está ella, en cualquier esquina. Siempre con guadaña, encapuchada y túnica negra. Dientes afilados. Nos sonríe a cada instante porque, como bien lo dijo el filósofo Rabindranath Tagore:

“Como un mar, alrededor de la soleada isla de la vida, la muerte canta noche y día su canción sin fin”.

La vida nos da besos y chocolates, pero también dolor, sufrimiento, lágrimas. En su canción Gracias, el poeta urbano José Alfredo Jiménez hace una yuxtaposición de la vida y la muerte en esta estrofa:

He Ganado Dinero

Para Comprar Un Mundo

Más Bonito Que El Nuestro,

Pero Todo Lo Aviento

Porque Quiero Morirme

Como Muere Mi Pueblo.

¿Qué nos llevamos al morir? Nada. Aunque tema tabú que invariablemente evitamos hablar de él, la muerte representa un proceso biológico irreversible. En ocasiones caprichoso, otras inesperado, el óbito es natural porque significa el fin de la homeostasis.

Sin excepción, algún día habremos de recorrer ese camino recóndito, de donde no hay vuelta. Cuando la Parca viene a buscarte, no hay nada que hacer, reza el refrán.

Shakespeare dijo que “los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte”, en franca apología a la felicidad. Vivir con plenitud, no rendirse, cumplir metas, servir, atreverse, porque la vida no es una carrera de cien metros, sino un maratón que sólo ganan los audaces.

Asalto

Juzgándolo con rigor, el asalto del lunes 8 de diciembre en Plaza Polifórum de Tuxtla, nada tiene qué ver con inseguridad. Cierto, en esta sociedad contemporánea de todo se culpa al gobierno, pero ¿y los ciudadanos qué?

La seguridad es una estructura simétrica en donde nosotros, como sociedad, jugamos papel relevante.

Repetidamente, nos informan sobre medidas para protegernos, aparte de la extraordinaria labor que realizan los cuerpos policíacos, por eso Tuxtla está entre las tres ciudades más seguras del país.

Dicho bizantino si usted quiere, pero el exceso de confianza mató al gato. Nada cuesta ser precavidos y cautelosos para evitar riesgos mayores y daños eventuales. No entendemos. Parecemos chamaquitos.

Hay un programa de traslado de valores de la policía capitalina gratuito, confidencial y totalmente seguro, solicitándolo a través del 911 o 072. ¿Para qué exponerse? Los bandidos no descansan…

Jaime Sabines

“Morir es retirarse, hacerse a un lado,

Ocultarse un momento, estarse quieto,

Pasar el aire de una orilla a nado

Y estar en todas partes en secreto.”

(Con mis sinceras condolencias a la familia del abogado Juan Trinidad Palacios, cuya muerte sorpresiva conmocionó a todos).