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Hoy Escriben - Húbert Ochoa

Sólo para enterados

Espectros

Historias de taxi

“El amanecer es un espectáculo hermoso y sin embargo la mayor parte de la gente duerme todavía”: John Lennon.

¿Cuánto me cobra de aquí a la Potinaspak?, le preguntó Jorge al taxista de un sitio libre, uno más de esos cientos que circulan en Tuxtla como espectros de madrugada.

Treintañero, Jorge acababa de comprar una licuadora en Elektra, tienda de Ricardo Salinas Pliego ubicada frente al parque central de Tuxtla, ahí donde también se fía y uno puede pagar en abonos “chiquititos”. Malaya fuera cierto…

-120, está muy lejos, le contestó el ruletero sin titubear. Potinaspak queda a unos 5 kilómetros del centro y su nombre significa “arroyo de cascajos” en lengua zoque. Cualquier otro mes el costo no debe pasar de 60 pesos.

Jorge accedió al atraco porque llevaba 50 minutos de espera. Era 22 de diciembre, cerca de la una de la tarde. Su madre le aguardaba en casa urgida de estrenar licuadora.

Abusivos por naturaleza, en diciembre los taxistas sufren prejuicios cognitivos al cobrar tarifas arbitrarias que no sólo exacerban el ánimo del usuario, sino violentan los Derechos Humanos que son basamento de toda sociedad civilizada.

Ellos desconocen los cánones de urbanidad que permiten coexistir en armonía. Están atrapados en una jungla en la que imponen “su ley”. Aquello de que tus derechos terminan donde empiezan los míos, es letra muerta.

La libre competencia en el servicio de taxi se ha vuelto un dolor de cabeza en Tuxtla, mientras la autoridad del ramo parece rebasada. Nosotros pagamos los platos rotos.

Enero, 2016

El desorden en el transporte público es otra gangrena heredada por el pasado. Revise estos datos para comprobar que no son acusaciones plañideras:

Entre ditirambos, el 15 de enero de 2016 “entró en vigor” un novedoso programa para el servicio de taxi en la capital, hacerlo justo, seguro y hasta más barato. Pero todo fue mentira.

¿En qué consistía ese proyecto? Instalar taxímetros que, según el gobierno, funcionarían a partir de ese mismo viernes 15 de enero con 30 taxis de modelo reciente. También tendrían radio y circuito cerrado, GPS para ubicar a las unidades.

A mediados de año 150 taxis estarían equipados y así sucesivamente. Si usted abordaba en La Pochota a la Preparatoria 5, son 17 kilómetros pagando en promedio 79 pesos.

Se admitió que el servicio de taxi es proclive a enredarse en asaltos, secuestros y narcomenudeo. Hablamos de un marketing delictivo que escapa del control gubernamental. Los taxistas saben en dónde hay mercados negros.

“Después de la primera etapa, el siguiente escalón es que la ciudadanía a través del uso de una aplicación pueda contratar el servicio del taxi conociendo las características de la unidad y quién la conduce”, se fanfarroneaba.

Nuevas opciones eran pago con tarjeta y seguridad para el cliente, pues en tiempo específico se podría ubicar al conductor y el monto de la distancia a transitar.

En una paradoja perturbadora, ese año hubo 7 mil denuncias por trata de personas, narcomenudeo, robo de vehículos y a casa habitación, violencia intrafamiliar y accidentes involucrando a trabajadores del volante.

Otro fracaso fue el programa taxista ciudadano vigilante que, de acuerdo a la verborrea oficial, eran “ojos y oídos de las autoridades y de la ciudadanía para prevenir el delito”. Los llamaron guardianes ciudadanos. Corría 2015.

Del gobierno, los taxistas recibieron un teléfono celular con una aplicación para enviar videos, fotos y ubicaciones directamente al Centro de Denuncia Anónima Fuerza Ciudadana. ¿En dónde cree que terminaron esos teléfonos inteligentes?

Intrínguilis

Es un intríngulis que creció con la colusión gubernamental no sólo en Chiapas, sino en México cuando el timón estuvo en manos del PRI. ¿Tiene solución? Quizá sí, porque el gobierno actual se ha afianzado en la ley y no en trucos mágicos.

En el primer trimestre de 2022, 300 unidades de transporte habían sido detenidas o infraccionadas para regularizar este sector que muchos años vivió en la ilegalidad.

Con operativos aleatorios en Chiapas, la secretaría de movilidad y transporte intenta ordenar un fenómeno social cuyo vientre materno fueron gobiernos de otras épocas.

Hace poco cayó una banda de ladrones comandada por un taxista en la colonia Natalia Venegas de Tuxtla. También eran narcomenudistas y operaban en antros del poniente capitalino. Usaban un vehículo March.

La Ley de Movilidad y Transporte del estado de Chiapas que entró en vigor el miércoles 28 de octubre de 2020 es un paso decisivo porque establece bases contundentes para la regulación del servicio de transporte, así como la prevención de acciones delictuosas en la materia.

Reconociendo que la movilidad de las personas y de los bienes y servicios de su interés, es un derecho humano que debe estar garantizado de forma continua y permanente.