Pablo: lobo rapaz

No me ayudes, compadre…

“Detrás de un mentiroso hay siempre un ladrón”: Cita popular.

Demacrado, ojeroso, rostro pálido que refleja heridas del pasado, Pablo Salazar Mendiguchía reapareció hace un par de semanas al postear, en su cuenta de Twitter, una foto con la jefa Claudia Sheinbaum.

Los internautas que apoyan el proyecto de Sheinbaum Pardo reaccionaron furiosos. Es natural. Una pregunta se esparció en la red social del pajarito azul:

¿Acaso la doña no sabe quién es el monstruo que se escudó en la religión cristiana para acceder a la gubernatura de Chiapas? Cómo olvidar que usó el púlpito lanzando enjundiosos mensajes sobre fe y honestidad.

Por jugar a la democracia, los chiapanecos crearon su propio Frankenstein. Y pagaron caro las consecuencias, lo mismo que en la novela en donde la criatura malvada es creada con pedazos de cadáveres. Pablo “inauguró” su gobierno con una matazón en Carranza.

Enfundado en un saco de tono lúgubre y cuadros grises horribles, Salazar conversa con la jefa quien está en modo indiferente. Ella lo observa pero parece estar en otro plano. Quizá lo recibió por pura cortesía, porque hasta los indigentes tienen derechos políticos en un país de libertades.

¿Caerá Sheinbaum en la trampa seductora del expresidiario 8476? Cierto, Salazar es un lobo rapaz que se viste de piel de oveja. Siempre ha vendido la mentira como verdad, pero la señora tampoco es una novata de la política. Es, ni más ni menos, fuerte aspirante presidencial.

¿Autorizó ella que la foto se divulgara en Twitter? No. Salazar actuó a motu proprio, es decir con un movimiento artero desesperado por regresar a la escena. Ya lo intentó otras veces y fracasó.

El rumor

A partir de ese encuentro, Salazar mandó a sus pajes a propagar el rumor de que se ha convertido en consejero político de Claudia Sheinbaum. Fue, en otro tiempo, un maestro del engaño.

A la doctora Sheinbaum seguramente le enseñará cómo asesinar campesinos, cómo reprimir a estudiantes, medios de comunicación y perseguir a periodistas, cómo se le cae un puente (puente San Cristóbal) para pedir más presupuesto a la federación.

En el campo de la sociología electoral hay sumas que restan. Y esta, sin duda, es una de ellas, porque la morenista Sheiunbaum ni siquiera se ha podido sacudir el asunto de la Línea 12 del Metro, donde hubo muertos, en Ciudad de México.

Encarcelado

La deuda pública teratológica que seguimos pagando los chiapanecos se inició justamente en el régimen de Salazar, con 881.7 millones de pesos. En 2018 se cerró en 20 mil millones, 386 mil pesos.

Salazar estuvo encarcelado por peculado, ejercicio indebido del servicio público, abuso de funciones públicas, abuso de autoridad y asociación delictuosa.

El expediente penal 96/2011, integrado en 21 tomos contenidos en 9 mil 117 fojas útiles, comprendía diversas diligencias, entre peritajes en materia contable y grafoscópica, así como testimoniales con los cuales se corroboró que Pablo Salazar Mendiguchía dijo que ese dinero (104 millones de pesos) era ‘un bono sexenal’ para el fin de su administración.

Su caso comprobó el karma de la vida, porque fue encerrado en la cárcel que él construyó. Nunca un pueblo se había deleitado tanto con la detención de un presunto criminal.

En otra etapa y circunstancia, claro, el homicidio de Calígula a manos de su guardia pretoriana en una lluvia de puñales, orquestado por el Senado, causó júbilo en Roma porque se quitó de encima a un emperador depravado, loco, asesino…

Pero Salazar también debió ser juzgado por el fraude del puente San Cristóbal, vía Tuxtla-San Cristóbal, que un día misteriosamente colapsó. Se gastaron más de mil 500 millones de pesos de lo presupuestado. Nunca nadie investigó nada porque contó con la complicidad de Fox Quezada.

El proyecto y dinero del puente Chiapas lo dejó don Roberto Albores Guillén, aunque el ex tirano lo presume como suyo. A don Roberto, por ser gobernador interino, ya no le dio tiempo de terminarlo. Pero la obra se le debe a él.

Masacre

La masacre institucional de nenes en el hospital K de Comitán (institucional porque se debió a negligencia médica), donde murieron 33 de ellos, es otro tema que queda en la agenda.

La Organización Panamericana de la Salud denunció que derivó tras un brote intrahospitalario; éste se da por ausencia de normas, cuidados y atención deficiente de los pacientes.

¿Y sabe quién era el secretario de gobierno de Salazar? Sí, Emilio Zebadúa González, quien, entre 2012 y 2018, cuando fue oficial mayor de Sedesol y Sedatu, recaudó para su cuenta bancaria más de 2 mil millones de pesos. Se le acusó de un gigantesco emporio mobiliario. Está enmarañado en la estafa maestra.

Y esto es sólo un piscolabis de lo que ha sido la carrera pública de Salazar. ¿Lo desconoce doña Claudia? En la cuadra del barrio diríamos no me ayudes, compadre…