“Tranquilos, tranquilos…”
Gracias, soldados
La muerte nos sonríe
La furia de Hades se desató. 2 de julio, 2022. Altar, Sonora. Medio día. Sesenta sujetos empuñando pistolas cortas, fusiles AK-47 y R-15 descienden de varias camionetas. Llevan camisetas negras, gorras, chalecos antibalas.
Sitian a quince soldados del Ejército Mexicano, cerca de un Oxxo, que han detenido a alto jerarca de la delincuencia organizada. Ofrecen diez millones de pesos para dejarlo ir. Y les advierten: ¡Aquí nos morimos todos!
Sobreviene un intenso fuego cruzado como si se tratara de una película de acción. El comandante en jefe militar, demostrando gran aplomo, valor y patriotismo dirige con mente fría al personal a su mando:
Un sargento, dos cabos, un operador de ametralladora, dos choferes, un paramédico y siete elementos de tropa.
“Tranquilos, tranquilos, no disparen a menos que sea necesario”, dice el hombre quizá entrado en los 50 de edad que, desde 13 meses atrás, ha hecho labores de inteligencia en la zona.
En ese momento, del autocontrol emocional dependen su vida y la de su equipo. Altar está desierta.
Los delincuentes, al reconocer la superioridad del personal militar en materia de organización y adiestramiento se dan a la fuga pero, lamentablemente, un soldado muere en el tiroteo que duró al menos seis horas.
Hay que tener muchos huevos para hacer lo que hicieron los militares guiados por ese líder a quien solo lo inspiraba el sentido de la justicia. El video está colgado en YouTube. Si usted lo ve, seguramente le producirá lágrimas psíquicas como a mí.
Otro golpe
A 110 años de su surgimiento, el Ejército Mexicano se mantiene como una de las instituciones a la que mayor reconocimiento, aprecio y confianza le tiene nuestro pueblo. México no se entendería sin el Ejército Mexicano.
Nueve de cada diez personas avalamos su tarea y esfuerzos porque el amor a la patria que los mueve es hasta el último aliento.
Nosotros dormimos pacíficamente sabiendo que existen hombres duros dispuestos a dar su vida por defender la nuestra porque, sin duda, grandes corazones cambian el curso de la historia.
Mire, este lunes 30 de octubre, la Secretaría de la Defensa Nacional, a través de las Comandancias de la VII Región Militar y 31/a. Zona Militar aseguró armamento, vehículos y equipo táctico en el municipio de Villa Corzo, ubicado en la región Frailesca de Chiapas que se fundó durante la Colonia al paso de frailes dominicos.
El operativo ocurrió en el marco de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública del gobierno federal. Hubo una unión de habilidades con las policías estatales chiapanecas para fortalecer el Estado de derecho.
Integrantes de la Base de Operaciones Mixta “Revolución Mexicana” tuvieron conocimiento que en el poblado San Pedro Buenavista, municipio de Villa Corzo, Chiapas, se realizaban actividades ilícitas.
Disparos
Al efectuar reconocimientos terrestres, las autoridades fueron agredidas con disparos de armas de fuego por presuntos integrantes de la delincuencia organizada.
Tras un intercambio de tiros, los delincuentes huyeron hacia el monte. Ejército y policía solo repelieron el ataque que puso en riesgo inminente su vida.
Se aseguraron 13 armas de fuego largas, 1 aditamento lanzagranadas, 4 granadas, 74 cargadores para diferente armamento, mil 700 cartuchos, 4 chalecos antibalas, 7 vehículos.
Autoridades del ramo ya realizan pesquisas periciales para determinar características del armamento, cargadores y cartuchos.
Consulté ayer martes 31 a un mando castrense que me pidió el anonimato. Me ha dicho: “La Guardia Nacional y Ejército Mexicano, en coordinación con la Policía Estatal de Chiapas reafirman la indeclinable decisión del gobierno federal por detener las actividades de la delincuencia organizada. Refrendamos nuestro compromiso de velar y salvaguardar el bienestar de los ciudadanos para garantizar la paz y seguridad de la población”.
El Ejército Mexicano tiene una sólida formación axiológica, física y operativa de sus integrantes basada en la moral, disciplina, liderazgo e igualdad de género. Actúa siempre con respeto irrestricto al Derecho Internacional Humanitario. Gracias, soldados…
Tragedia
El viento aúlla con su inconfundible fetidez a tragedia. Y entonces la muerte asoma. Las avalanchas de lodo sepultan cosas materiales y también vidas. Acapulco parece, ahora, ciudad gótica.
Y no, no es una novela del maestro Stephen King. Tampoco un cuento de terror de Allan Poe. La muerte nos sonríe a todos pero, nadie, quiere devolverle la sonrisa.
En Chiapas ya conocimos el dolor con el huracán Stan, en 2005, que provocó más de dos mil muertes y se perdió 15 por ciento del PIB. Pueblos completos desaparecieron.
Dejando de lado la actitud de los carniceros de la catástrofe, lo que pasa Acapulco nos recuerda dos puntos: No somos infalibles; los seres humanos nos necesitamos unos a otros.