ERA, justicia
Jonathan: 9 años
El niño Mateo
Casos tenebrosos
“Doy mi vida por la de él…”
Jonathan regresó del colegio. Comió algo. Ya le esperaba una cubeta repleta de memelitas que su madre hacía invariablemente para ayudar en el sustento familiar.
Las memelitas son un yantar típico de Chiapas con frijol molido y tortillas bordeadas hechas a mano, sabor exquisito. Llevan queso espolvoreado encima del frijol.
De feeling congénito, ojos color avellana, cabello lacio castaño y rostro angelical, cicatriz en la mejilla derecha en forma de gota, Jonathan tenía 10 años. Cursaba primaria, quinto grado. Alumno aplicado.
Ese día usaba playera roja derruida, pantalón azul y sandalias pie de gallo. Sobre sus pequeños hombros colocó el balde de metal. Como otras tantas tardes, salió a vender el producto en las calles cercanas y su eterno petricor.
Era querido en el vecindario. Sabían que siempre le oraba a la virgen de Candelaria porque eso le inculcó María Janeth, su madre.
Pero los perversos no descansan pues su comida es la maldad y su bebida la violencia. Moran en un mundo oscuro de psicopatía planeando daño intencional a otros; matan y provocan sufrimiento.
Teléfono negro
Miércoles. Marzo 30, 2016. A Jonathan lo ven por última vez en el barrio Santo Domingo, de Cintalapa, no muy lejos de casa. Él vivía en una colonia contigua llamada Santa Cruz.
El de Jonathan es un expediente más en este país que sufre las secuelas del terror y la impunidad del pasado. Parece que estoy viendo la película El teléfono negro con Mason Thames.
El pico más alto se alcanzó con Enrique Peña Nieto (2012-2018) llegando a la escalofriante cifra de siete mil niños y niñas desaparecidos. De aquel sexenio a 2024, al menos 980 fueron encontrados sin vida.
En el caso de Jonathan Cruz Arellano la policía perdió horas valiosas enredada en “protocolos” absurdos, ese carcinoma que llevó al pueblo, indefenso, a rezar los quince misterios del Rosario ante el acecho del crimen organizado y la apatía gubernamental.
Escándalo
Un sistema de justicia penal eficaz intima pesquisas reactivas para garantizar la vida de una víctima y dar certidumbre a sus familiares. Eso no ocurrió con Jonathan y la policía respondió acosada por el escándalo en Facebook.
Al día, en el mundo tres mil niñas y niños desaparecen por fines de explotación sexual, prostitución o esclavitud, generando ganancias anuales de diez mil millones de dólares a la delincuencia transnacional.
Pronto se cumplirán nueve años de la ausencia de Jonathan. Su familia no deja de buscarlo porque la fe rompe los principios de la lógica y, en cada amanecer, las esperanzas se renuevan.
Grupo frágil
María Janeth llora y dice “doy mi vida por la de él”.
Su tenebrosa desaparición no significa una kinesiofobia física, sino un dolor multifactorial que causa estrés y altera el sueño. La suya y la de cualquier otro niño hiere profundamente.
¿Pudo evitarse la desaparición de Jonathan? Claro, porque la prevención del delito es una vertiente para salvaguardar la integridad y patrimonio de quienes aquí vivimos, establecida en el artículo 21 constitucional.
En el prianismo todo fue anfibología, corrupción, omisión, colusión con los malosos. La criminología, si es que se conoció, cayó en los negros sótanos del monipodio.
Es decir, en manos de ladrones bien organizados. El país estuvo controlado por sindicatos de maleantes. Llegamos a un punto de quiebre.
Mateo
Quise revivir con usted la historia de Jonhatan tras el brutal asesinato del niño Mateo, de 12 años, en León, Guanajuato, hecho que ha cimbrado a México preguntándonos, otra vez, ¿por qué Jonathan? ¿Por qué Mateo? ¿Por qué los niños? Las respuestas tal vez puedan ser no racionales.
El 03 de febrero (2025), las cámaras de vigilancia muestran que Mateo camina sólo, con su informe de la escuela Secundaria Técnica 39; dos veces voltea hacia atrás.
Se acomoda unos audífonos en los oídos y de pronto se pierden las imágenes. Entra, quizá, al consultorio del médico Christian “N”, su presunto asesino, donde hacía trabajos de limpieza para ayudarse en sus estudios, a seis cuadras de su casa.
Cuatro días más tarde (viernes 07), Mateo es hallado muerto en un lote baldío en los límites con el estado de Jalisco. Tenía huellas de abuso sexual y un balazo en la cabeza.
Los niños siguen representando un grupo frágil en esta sociedad amenazada por los antivalores, la corrupción, el miedo y la violencia cotidiana.
El delito de lesiones aumentó 27.5 %; corrupción de menores 25.5; trata de personas 14.7; extorsión 14.5; y homicidio 4.1 por ciento.
En los últimos seis años, más de 13 mil niñas y niños han sido asesinados en México; los tres estados con mayor cantidad de homicidios de niñez y adolescencia son Michoacán, Guanajuato y Jalisco (Redim).
ERA, la frase
“La paz debe tener como principio la justicia; de ahí emana todo”: Eduardo Ramírez Aguilar. (Pronto le traeré la crónica).