Historias de taxistas

Doctor muerte

Tres estocadas

Regresó más loco…

“¿Qué hace un taxista seduciendo a la vida?”: Arjona.

Le voy a comentar cuatro sucesos factuales y, al final, le pido por favor que usted halle su propia conclusión. Es lo mejor y evitamos así la subjetividad periodística. 

1. Adrián, Christian, José, Jezabel, Sara y Javier llegaron a Juárez, Chiapas, entrada la noche del 29 de septiembre de 2023. Se hospedaron en el hotel San Benito, de avenida Olimpiada.

Les dieron cuartos separados, desempacaron mochilas y se ducharon. Luego salieron a caminar por las calles del pueblo. Comieron elotes. Regresaron al hotel cerca de las 23:30 pm. Trabajaban de encuestadores para el partido Morena.

A la una y media de la madrugada del sábado 30, un comando armado, hombres vestidos de negro, irrumpieron en sus habitaciones tumbando las puertas y se los llevaron para robarles sus pertenencias. Es como si la suerte hubiera complotado contra ellos.  

A Christian y José Luis lamentablemente los asesinaron a tiros. Sus verdugos fueron guatemaltecos, tenían su centro de operaciones en Villahermosa, Tabasco, una ciudad dominada por la delincuencia organizada. 

Con precisión de cirujano, la policía tendió un operativo que permitió capturar al grupo criminal. Les incautaron mucho dinero en efectivo, armas de grueso calibre, computadoras, celulares y vehículos.

Doctor Muerte

2. ¿“A dónde vamos hoy”?, pregunta don Brígido. Saca su termo, llena de café calientito un vaso pequeño de unicel y se lo da al pasajero. Tres o cuatro veces regresa a su casa a rellenar el termo de café que él mismo prepara. Carga pancitos en una bolsa plástica.

Don Brígido contaba con 61 años. Vivía en La Pimienta, icónico barrio de Tuxtla Gutiérrez. Tripulaba el taxi número económico 2239 del sitio OCC. No se metía con nadie. 

El 01 de abril de 2019, casi a las once de la noche, dos sujetos le hicieron la parada. Jóvenes ellos. Los subió. Don Brígido llevaba el radio de su taxi encendido, pues esperaba el programa La mano peluda.

Frente a la Unicach, en libramiento Norte de Tuxtla, el hombre que iba sobre el asiento del copiloto desenfundó un pavoroso cuchillo, enorme, que lo hundió en la yugular de don Brígido con la frialdad del Doctor Muerte, Harold Shipman. Don Brígido murió al instante.

Los dos chacales huyeron rumbo al fraccionamiento Santa Clara. Otros taxistas, amigos y compañeros de don Brígido, los alcanzaron, les dieron una paliza y, bañados de su propia sangre, los entregaron a la policía. 

Vinieron de Honduras, en donde nacieron. Se infiltraron en las tristemente célebres caravanas de migrantes.

José Eduardo

3. José Eduardo tenía diez años. Vivía en una comunidad de Suchiate. Un día su madre lo mandó a prestar 30 pesos con la vecina más cercana cuya casa está a unos 600 metros de la suya. Iban a comprar tortillas.

Cuando regresaba con los 30 pesos le salieron al paso tres individuos armados con machetes, originarios de Guatemala. Lo cortaron en tajos para robarle esos 30 pesos. Su muerte fue horrenda, brutal.

José Eduardo tenía diez años. Ya lo dije, quiero repetirlo porque la crueldad no es propia del mundo zoológico, sino de los seres humanos, de monstruos que Hades expulsó del infierno. Nunca se supo si sus asesinos fueron detenidos.

Tres estocadas

4. Ojalá el escenario cotidiano fuera parecido a la narrativa de Arjona en la historia urbana del taxista, extraña, por cierto, aunque refleja soledad y flagelos emocionales que torturan a esta generación moderna.

Es de madrugada. En Ampliación Terán, un tipo le hace la parada a un taxi. Le pidió dejarlo en la terminal de autobuses Aexa, ubicada por el clásico mercado Los Ancianos. Luego le dijo que mejor lo llevara a la colonia Arroyo Blanco. El taxista se negó.

“Bueno, déjame más adelante”, le dice el malandro. De pronto sacó un cuchillo y le dio tres estocadas al taxista quien vivió de milagro. Le robó 120 pesos. El criminal es salvadoreño.

Hartazgo

¿Cuál es el denominador común de estos hechos? Que los implicados son centroamericanos que entraban a México con absoluta libertad porque teníamos políticas migratorias pusilánimes.

No es xenofobia, pero llegamos al hartazgo de tanta migración indeseable. Bienvenidos aquellos que huyen de la pobreza y honran el legado del poeta José Cecilio del Valle. Bienvenidos porque son honrados, vienen a trabajar.

Las políticas migratorias del INM se rigen bajo principios de respeto y seguridad para garantizar una migración fluida en estos días de globalización, fenómeno que trajo el incremento del hambre, iniquidad, deuda, saqueo de las riquezas naturales, carencia de agua, etc.

Donald Trump

Me preocupa la neuropolítica demostrada por Donald Trump porque cuando Estados Unidos estornuda, al Orbe le da neumonía. Rescato, aquí, la actitud de la presidenta Sheinbaum dando un ejemplo de su liderazgo en América Latina. 

Me comentó mi cardiólogo: “Regresó más loco que la primera vez…”