5 de cada 10 cirugías hechas por charlatanes

5 de cada 10 cirugías hechas por charlatanes

La mitad de las cirugías pláticas que se practican en el país y en el estado de Baja California son realizadas por charlatanes y usurpadores, reveló Ricardo Vega Montiel, cirujano reconocido internacionalmente e integrante del Comité de Turismo en México, quien señaló que en los últimos 20 o 25 años Baja California ha registrado un crecimiento muy importante en la ejecución de este tipo de procedimientos quirúrgicos.

En el marco del foro “Cirugía plástica, impacto del intrusismo como problema emergente de salud pública”, organizado por el Senado, explicó que Tijuana, Mexicali, Rosarito y Tecate cuentan con la infraestructura médica para la práctica de este tipo de cirugías, que dejan una derrama anual de 3 mil millones de pesos, con 2.6 millones de visitantes de turismo médico, de los cuales el 70 % proviene de Estados Unidos, 20 % de Canadá y el resto de otros países.

Señaló que en Tijuana se practican principalmente cirugías bariátricas y estéticas, pero advirtió que existe una problemática relacionada con la usurpación en la profesión debido a la falta de regulación efectiva, la existencia de publicidad engañosa, cursos apócrifos y la falta de elementos que permitan identificar a un verdadero especialista.

Vega Montiel destacó que estimaciones señalan que, de cada 10 procedimientos de cirugía plástica, entre cuatro o cinco son realizados por usurpadores.

Por su parte, José Manuel Cruz Castellanos, presidente de la Comisión de Salud del Senado, urgió a trabajar por una regulación moderna, segura y centrada en el paciente, en torno a la práctica de la cirugía plástica y reconstructiva en México.

Subrayó la importancia de identificar y sancionar a las personas que ejerzan la profesión sin estar certificadas para evitar complicaciones de salud o poner en riesgo la vida de quienes acceden a estos servicios.

Por eso, enfatizó, es necesario asegurar el acceso oportuno a estas intervenciones en el sistema público, combatir la desinformación y el intrusismo profesional, además de fortalecer la regulación y la ética en el ejercicio de esta práctica, así como impulsar la formación continua y especializada de quienes se dedican a esta rama.