A la próxima presidenta de México

En medio de una realidad que confronta diariamente con la fragilidad del país, es imperativo que no se siga ignorando las consecuencias de la impunidad, la corrupción y la falta de acceso a la justicia en el México de hoy en día…

La desconfianza en el sistema de denuncia y la impunidad que prevalece en muchos casos socava la confianza de la ciudadanía en las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley. Se ha visto cómo esta desconfianza perpetúa un ciclo de violencia e injusticia, especialmente para aquellos que más lo necesitan (los niños, las niñas, las mujeres y los adultos mayores).

Quienes han caminado por las cárceles, no pueden ignorar el creciente número de personas afectadas por adicciones, la criminalización de la pobreza y la alarmante presencia de menores de edad entre las rejas desde el abuso absoluto de la inhumanidad a la cual ha llegado el sistema de justicia penal de meterse con aquel o aquella que tiene menos conocimiento legal y recursos económicos para poder defenderse.

Esta realidad exige un enfoque integral que aborde las raíces del problema y proporcione oportunidades reales de rehabilitación y reinserción.

Es importante, que se fortalezca el debido proceso dejando de alimentar la venganza social como un elemento eficaz de justicia, garantizando el debido proceso, donde no existan víctimas revictimizadas ni personas inocentes en prisión. Es una urgencia nacional atender la salud mental de quienes hoy, son la primera respuesta a las víctimas de este país.

No se puede seguir apostando por propuestas que no generen cambios tangibles en el fortalecimiento del estado de derecho. Es hora de que las acciones estén respaldadas por un compromiso firme con la justicia y la igualdad para todos las y los ciudadanos.

Las candidatas Claudia y Xóchitl, México no puede seguir tolerando una estrategia de seguridad reactiva, ya no da para solo pensar en aquellas ya violadas y en aquellos ya asesinados, se necesita atender la estrategia de seguridad desde la prevención, el fortalecimiento institucional que salvaguarda la integridad de las mujeres, los niños y niñas y los adultos mayores y lo que nunca antes se ha hecho que es entender por qué México alberga feminicidas, pedófilos y tratantes. Se necesitan estrategias de investigación e inteligencia penitenciaria que ayuden a prevenir antes de que sea demasiado tarde.

Como mujeres líderes en este país, se confía en su capacidad para liderar el camino hacia una sociedad más justa y equitativa. No hay que permitir que las voces sean silenciadas por las estructuras patriarcales que aún persisten en la sociedad. El amor por este país y la determinación son la base absoluta para la reparación y el cambio que tanto se necesita.

Hoy el futuro de México depende de esa valentía.