A seis años de la tragedia, persiste el huachicol
Aunque el Gobierno Federal implementó estrategias para combatir este delito, el huachicol persiste en Hidalgo. Cortesía

A seis años de la tragedia en Tlahuelilpan, donde la explosión de un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) cobró la vida de 137 personas, el robo de hidrocarburo sigue como uno de los principales delitos en Hidalgo.

Este sexto aniversario estuvo marcado por dos incidentes relacionados con el huachicol: el incendio de dos camionetas utilizadas para el robo de combustible en Tlahuelilpan y la explosión de un ducto de gas en Tepeji del Río.

En el primer caso, en la colonia Munitepec, municipio de Tlahuelilpan, la Policía Municipal y Protección Civil sofocaron el incendio de dos camionetas calcinadas cerca de ductos de Pemex. Una de las unidades contaba con placas del Estado de México y, junto a ellas, se hallaron 150 metros de manguera de alta presión utilizada para extraer el combustible.

Mientras tanto, en Tepeji del Río, la explosión de un ducto de gas LP en un complejo de bodegas movilizó a cuerpos de emergencia estatales y locales.

Las llamas alcanzaron los 25 metros de altura y tardaron más de 12 horas en ser controladas. Durante el operativo, un bombero identificado como Simón Edgar Alcántara García, de Jilotepec, Estado de México, perdió la vida al chocar una pipa de agua que transportaba al lugar. En el sitio de la explosión se encontraron seis tomas clandestinas.

Datos de Pemex indican que, de enero a septiembre de 2024, se identificaron ocho mil 038 tomas clandestinas en ductos de hidrocarburos a nivel nacional, lo que representa una disminución del 10.34 % respecto al año anterior.

En Hidalgo, durante el mismo periodo, se reportaron mil 911 tomas, una reducción del 35.98 %. Sin embargo, el estado continúa liderando las estadísticas nacionales, con un promedio de una toma clandestina detectada cada tres horas con 26 minutos.

El 18 de enero de 2019, una toma ilegal en un campo de alfalfa en Tlahuelilpan se convirtió en tragedia. Cientos de personas acudieron con bidones para recolectar gasolina tras los llamados en redes sociales.

Pese a la presencia de militares y cuerpos de seguridad, la multitud no fue dispersada. Horas después, la explosión dejó 137 muertos, 190 huérfanos y una de las escenas más dolorosas en la historia reciente del país.