El gobierno estadounidense tiene al jitomate mexicano como uno de los objetivos del sector agrícola, porque, a dos meses de que amenazó con imponerle un arancel de 20.9 %, anunció el inicio de una investigación por “dumping” contra dicha hortaliza mexicana.
Esa decisión se da en medio de las presiones de congresistas de Florida –el principal estado productor de jitomates- que piden frenar las importaciones de dicho alimento.
Con el inicio de la investigación por “dumping” –exportación de productos por debajo de su precio real de mercado-, el gobierno estadounidense dijo que recibirán del 19 de junio al 18 de julio los comentarios en torno a la posible existencia de prácticas desleales por parte de los exportadores mexicanos de jitomate.
Dicho análisis podría terminar con el llamado “acuerdo de suspensión” que prevalece entre México y Estados Unidos desde el primero de noviembre de 1996, por el cual las exportaciones mexicanas de jitomate se realizan bajo ciertas condiciones, convenidas por ambas partes, como precios mínimos, volumen y variedades que se pueden vender.
Acuerdo
Ese “acuerdo de suspensión” se renovaba cada cinco años de manera voluntaria, entre los exportadores mexicanos y el gobierno estadounidense, por lo que de terminarse se llevará a cabo la investigación y se definirá el monto de la cuota compensatoria que deben pagar por cada exportación.
Esta decisión se publicó en el Federal Register el pasado 18 de junio, por parte de la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos.
Días después de que se anunció la investigación contra el jitomate mexicano, el 20 de junio, un grupo de 19 congresistas pidieron terminar con el acuerdo de suspensión y frenar las importaciones de jitomate mexicano.
El especialista en comercio exterior, Jorge Molina, dijo que 15 de los 19 congresistas son de Florida, el principal estado opositor a las importaciones de jitomate mexicano, agregó que todos los firmantes son republicanos, entre los que están integrantes de la comisión de Ways and Means.