Al rendir su primer informe de labores, Hugo Aguilar Ortiz, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), aseguró que hoy el máximo tribunal del país es diferente, cercano al pueblo y no existe “sumisión ni subordinación” y tampoco se “inclina ante ninguna agenda ajena al marco constitucional”.
En sesión solemne en la que estuvieron presentes la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, en representación de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo; la presidenta del Senado, Laura Itzel Castillo; y el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna; integrantes del Órgano de Administración de Justicia y del Tribunal Electoral, Aguilar Ortiz pronunció un discurso muy al estilo de la 4T en el que culpó a la pasada integración de la Corte y resaltó los postulados de la llamada Cuarta Transformación, como la austeridad.
Como si parafraseara al expresidente Andrés Manuel López Obrador, el ministro oaxaqueño afirmó que recibieron una Suprema Corte “lenta, anquilosada, ensimismada y podría decir que hasta soberbia”.
“Una Corte que se sintió fuera de la mirada de todos, lejos de la fiscalización, rendición de cuentas, la transparencia y no solo ajena al pueblo. Una Corte donde los asuntos podían esperar años, los expedientes se tramitaban con lentitud y los engroses de las sentencias tardaban tiempo, se atraían asuntos con el fin de ganar tiempo, por lo que se guardaban sin pudor”.
Sin embargo, Aguilar Ortiz dijo que ahora “la Corte es diferente, es una institución cercana y abierta al pueblo y así lo percibe ya la ciudadanía. Estamos aquí con el mandato de la ciudadanía para escuchar, para responder y para transformar, estamos ahora en una institución renovada”.
Indicó que el Alto Tribunal no responde a intereses particulares y lleva a cabo un diálogo constante y maduro con los poderes Legislativo y Ejecutivo.












