Tras varios días de rumores, el gobierno venezolano confirmó este lunes que su presidente, Nicolás Maduro, no asistirá a la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) en Buenos Aires; una visita que suscitó polémica por las violaciones de derechos humanos en Venezuela.

“En las últimas horas hemos sido informados de manera irrebatible de un plan elaborado en el seno de la derecha neofascista, cuyo objetivo es llevar a cabo una serie de agresiones en contra de nuestra delegación encabezada por el presidente”, señaló en un comunicado el Ejecutivo venezolano.

El mandatario tomó la “decisión responsable” de enviar al canciller Yván Gil, como “jefe de delegación con las instrucciones de llevar la voz del pueblo de Venezuela” al foro, según el comunicado oficial.

En este sentido, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva había manifestado horas antes de esta decisión sus dudas sobre si se reuniría con su homólogo venezolano en la capital argentina.

“No sé si vendrá Maduro”, dijo Lula da Silva en rueda de prensa, al indicar que tenía una reunión con su homólogo venezolano a las 16:00 hora local del martes en Buenos Aires, pero que había sido “cancelada”; ese encuentro “fue cancelado”, informaron.

La presencia de Maduro —nunca confirmada oficialmente— había generado una gran controversia y un amplio rechazo en Argentina, debido a las denuncias por violaciones a los derechos humanos en Venezuela. 

No solo dirigentes de la oposición solicitaron declarar a Maduro “persona no grata”, sino que una de sus líderes, Patricia Bullrich, presidenta del partido Propuesta Republicana —el mismo del expresidente Mauricio Macri—, tenía previsto denunciarlo a la DEA para que fuera detenido por su participación en el Cártel de los Soles.