Ahora pendiente el DEAN sobre migración

Fructífero fue el Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN) entre México y Estados Unidos, que abre nuevamente el camino para definir prioridades estratégicas sobre temas comerciales y económicos entre los dos países y en cuyo trasfondo está la competencia de EU con China y la globalización mundial. El diálogo había sido suspendido por Donald Trump, en su obsesión por cerrar todo lo que hizo el presidente Barack Obama. Otro Diálogo y Alto Nivel (y de urgencia) entre México y EU, que se espera se esté preparando, sería sobre la migración de decenas de miles hacia Estados Unidos atravesando México, que es ya la mayor crisis migratoria de la historia. Sería de esperar que México esté ya trabajando en el tema y frene de manera inmediata el papel de contención violenta de migrantes con la brutalidad de la Guardia Nacional contra migrantes indefensos.

El DEAN en Washington se reanuda, lo que es importante para la relación entre México y Estados Unidos por ser una relación única en el mundo: asimétrica y al mismo tiempo interdependiente con una frontera de más de 3 mil kilómetros que divide y une a los dos países, a sus poblaciones, a sus economías, a su historia y experiencias (positivas y negativas) del pasado y el presente. Tanto México como Estados Unidos hemos vivido encuentros y desencuentros y enfrentamientos dramáticos como fue la guerra de 1846-1848, de los que se pensó nunca podría reconstruirse una relación sana entre México y Estados Unidos. Sin duda es necesaria por parte e México una política exterior de principios firmes, con objetivos de corto, y largos plazos. Por supuesto en el camino se presentarán situaciones imprevistas que tendrán que ser abordadas con respeto a la política exterior de ambos países. Nuestra historia tiene importantes experiencias de las que habrá que abrevar, siempre preservando soberanía y autodeterminación de México. Durante el gobierno de Trump, México calló o aceptó cuestiones que lesionaron nuestra dignidad y soberanía. Eso no puede repetirse.

Ciertamente no podemos reinventar la historia, pero el tiempo, la vencindad, la necesidad de ambos países de sumar, la relación política con todos sus encuentros y desencuentros y sobre todo la relación en general positiva entre las poblaciones a ambos lados de la frontera ha prevalecido. En la relación es evidente que el camino no ha sido sencillo, ha tenido altas y bajas, encuentros y desencuentros, para desembocar en esta relación que vivimos hoy entre dos países asimétricos (insisto) única en el mundo. Si México y Estados Unidos se interrelacionan y se unen para diseñar conjuntamente un futuro con objetivos de corto, mediano y largo plazo, esa alianza puede prosperar para ambos países.

En la era de la incertidumbre mundial, hemisférica y nacional, es posible que México y Estados Unidos avancen en materia económica, política y social a través del diálogo y los acuerdos entre ambos países y desde luego en el marco del TMEC, el más importante acuerdo hemisférico entre México, Estados Unidos y Canadá. No es fácil y como en toda relación habrá desencuentros y encuentros.

La migración es un asunto de urgencia y de corto plazo, apremiante, por lo que sería deseable un encuentro de alto nivel para definir políticas y atender demandas. Ciertamente a nivel nacional e internacional vivimos tiempos de incertidumbres, hay un largo camino por recorrer, pero hay evidencias de que una sana relación política entre México y Estados Unidos se basa en el diálogo sostenido y permanente que debe dar lugar a la construcción de acuerdos y soluciones de corto, mediano y largo plazos.