“Miedo y nervios” generó escuchar la alerta sísmica replicada por empresas en la zona del Cerro del Chiquihuite, donde “antes no se sentían los temblores, pero el del 7 de septiembre fue intenso”, señalaron vecinos.

En punto de las 11:30 bomberos y personal de Protección Civil del Estado de México y de Tlalnepantla hicieron sonar bocinas para alertar a la gente a salir de sus casas, en la zona aledaña al derrumbe de rocas que sepultaron casas.

Los pocos que salieron, lo hicieron con nervios y junto a elementos de la policía estatal, Guardia Nacional y bomberos de Tlalnepantla.

“El oír la alerta sísmica, me pone la piel chinita y se me olvida que sólo es un simulacro”, afirmó María al pie de casi 200 escalones que llevan a la llamada “zona cero”, donde aún se mantienen las labores de búsqueda de Paola, de 22 años y del pequeño Jorge Dilan, de cinco años.

Cabe recordar que con el sismo del 7 de septiembre se generó el desplome de piedras y rocas sobre algunas casas.

Tres días después, el 10 de septiembre, rocas de más de 200 toneladas cayeron sobre casas, dejando sepultada a Paola y a sus dos pequeños hijos Mia Mayrin, de tres años y Jorge Dilan, de cinco.

Además murió dentro de su vivienda Mariana, de 22 años y su hermana logró ser rescatada con vida.