La contingencia sanitaria por covid-19 dio un fuerte impulso al comercio electrónico. Sin poder salir de casa, millones de personas en el mundo optaron por el internet para realizar sus compras. Una de las compañías que más se benefició de esta tendencia es Amazon pero, al parecer, a costa del bienestar de sus empleados que en los últimos meses han denunciado malos tratos.
Una nueva demanda afirma que en uno de los centros logísticos de Amazon en California, Estados Unidos, no se proporcionaron los descansos para comer requeridos para los empleados. Lovenia Scott, una exempleada del almacén de Vacaville, aseguró que la empresa no programó los descansos de 30 minutos para que los trabajadores pudieran almorzar y que, incluso si podían hacerlo, estaban obligados a tener encendidos sus walkie-talkies para atender en caso de cualquier problema, lo que a menudo acortaba su tiempo de refrigerio.
La queja se ha trasladado a un tribunal federal ya que los abogados buscan el estatus de acción colectiva.
Amazon ha estado discutiendo con los senadores estadounidenses en los últimos días, debido a las condiciones en las que han tenido que laborar sus empleados.
Amazon, que es el segundo empleador más grande de los Estados Unidos, sólo después de Wal-Mart (Walmart), no sólo se está enfrentando a las crecientes acusaciones de sus trabajadores sino a la posible formación el primer sindicato de la empresa en su país de origen.
Cerca de seis mil empleados de almacenes de Amazon en Bessemer, Alabama, decidirán si desean conformar un sindicato, lo que podría desatar una reacción en cadena a lo largo de sus operaciones en Estados Unidos que lleve a los empleados de otras compañías a impulsar la misma estrategia.
Sin embargo, Amazon tiene antecedentes de suprimir los intentos de sindicar en sus almacenes. De hecho, de acuerdo con los empleados, la compañía colocó carteles contra el sindicato en todo el almacén en Bessemer y programó reuniones obligatorias para explicar por qué crear un sindicato sería una mala idea.