La exministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, fue elegida el lunes presidenta de la 80ª sesión de la Asamblea General de la ONU, al término de una votación inusual requerida por Rusia.
El presidente de la Asamblea se elige cada año por un periodo de un año, pero esta elección de candidato único, que rota geográficamente, se hace generalmente por aclamación.
En esta ocasión, durante un debate con Baerbock a mediados de mayo, Rusia dejó muy claro que se oponía a la candidata alemana y exigió una votación, según informaron fuentes diplomáticas a la AFP.
“La señora Baerbock ha demostrado repetidamente su incompetencia, su extrema parcialidad y su desconocimiento de los principios básicos de la diplomacia”, declaró entonces el embajador adjunto ruso, Dmitry Polyanskiy.
Alemania había propuesto en septiembre como candidata a la diplomática Helga Schmid, que fue secretaria general de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en el periodo 2020-24.
Pero en marzo cambió de opinión y propuso a Baerbock, que dejaba su cargo de jefa de la diplomacia tras las elecciones parlamentarias de febrero.
En la votación secreta del lunes, Baerbock recibió 167 votos a su favor, 14 Estados se abstuvieron y 7 votaron por Schmid.
“Vivimos tiempos difíciles, caminamos por la cuerda floja de la incertidumbre. Pero el nacimiento de las Naciones Unidas hace 80 años nos recuerda que ya hemos pasado por otros tiempos difíciles. Nos corresponde a nosotros hacer frente a estos retos”, declaró Baerbock tras su elección.
“Mantendré con todos los Estados miembros un diálogo basado en la confianza. Mi puerta estará siempre abierta”, prometió la futura presidenta de este foro.