Con 75 votos a favor y 34 en contra, el pleno del Senado aprobó en lo particular el dictamen a la minuta con proyecto de decreto que expide una nueva Ley de la Guardia Nacional y reforma diversos ordenamientos vinculados a las fuerzas armadas y a la seguridad nacional.
Al advertir que el régimen de Morena ha militarizado la seguridad pública, la oposición emitió su voto en contra, mientras que Morena y sus aliados argumentaron que lo que se busca es fortalecer a esa institución en su tarea de combate a la delincuencia, pero manteniendo su mando civil a través de la Presidencia de la República.
El coordinador de la bancada de Movimiento Ciudadano, Clemente Castañeda, aseguró que su partido no está en contra de la Guardia Nacional, cuya labor es “absolutamente valiosa” para México.
Sin embargo, advirtió que “con lo que no estamos de acuerdo es que el régimen tergiverse su naturaleza”, acotó.
La nueva legislación, propuesta por la presidenta Claudia Sheinbaum, “representa una reconfiguración profunda del modelo de seguridad pública federal, al consolidar el carácter militar de la Guardia Nacional y redefinir su estructura, funciones y régimen jurídico”, establece la minuta aprobada.
La nueva ley abroga la legislación vigente y adapta el marco jurídico al decreto de reforma constitucional publicado el 30 de septiembre de 2024.
Define a la Guardia Nacional como una fuerza de seguridad pública permanente, profesional, integrada por personal militar con formación policial, dependiente de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), aunque “se integrará también con personal civil de confianza para tareas técnicas y administrativas, el mando operativo y estratégico recaerá en la estructura militar”.
La presidenta de la República ostentará el mando supremo, mientras que el alto mando corresponderá a la persona titular de la Sedena.