“Si quieres te doy un abrazo, es gratis”, le dice una mujer a un joven que camina de la mano de su pareja. Su abrazo se condensa en medio de una avenida imposible de avanzar.
Sobre Paseo de la Reforma, en la capital mexicana, además de orgullo, marchan hombres y mujeres que están trabajando y su esfuerzo sostendrá a cientos de familias los próximos días. Se vende de todo: pines, gorros, banderas, paliacates, cerveza, azulitos, mojitos, banderillas, hamburguesas.