Así fue el primer voto de la mujer en México

Así fue el primer voto de la mujer en MéxicoEl voto femenino tuvo un gran avance en 1955, cuando alcanzó una elección a nivel federal. Cortesía

El 3 de julio de 1955 fue un día histórico, una fecha que logró marcar un antes y un después en la historia democrática en México.

Por primera vez, todas las mujeres del país ejercieron su derecho al voto en una elección federal.

Y aunque su aprobación fue dos años antes, las primeras elecciones en las que pudieron participar fueron hasta 1955, en ese momento, el presidente Adolfo Ruiz Cortines tras una serie de protestas de miles de mujeres, cumplió su promesa de campaña y las ciudadanas mexicanas pudieron ejercer su derecho.

De acuerdo con María Marván Laborde, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, hubo un momento previó al año 1953, durante el sexenio de Lázaro Cárdenas, donde la Cámara de Diputados y el Senado comenzaron a reconocer el derecho al voto de las mujeres; sin embargo, Cárdenas no promulgó la reforma del artículo 34 de la Constitución, lo que atrasó por años todo.

La lucha por el voto de la mujer nació muchísimos antes de 1955, uno de sus principales antecedentes fue la creación de la revista llamada “Violetas de Anáhuac”, la cual buscaba que mujeres se sumaran a la vida pública de esos años, creada por Laureana Wright, quien impulsó la igualdad entre mujeres y hombres durante la Revolución.

La revista fue clave para el nacimiento de más periódicos, donde las mujeres mexicanas lograron expresar su voz e intercambiar ideas con el fin de alcanzar la igualdad.

1923 fue un año clave, ya que las mujeres lograron votar por primera vez, aunque solo pudieron hacerlo quienes vivían en Yucatán. Beatriz Peniche Barrera, Elvia Carrillo Puerto y Raquel Ciseron se convirtieron en las primeras mujeres en la historia de México en ser elegidas por las personas para redactar leyes.

En 1947 de nuevo se le otorgó de nuevo el derecho a votar a las mujeres, pero otra vez forma limitada, esta vez a nivel municipal, ya que existía el temor en México que la fuerza conservadora rigiera sus votos y también por la creencia de la falta de autonomía por la influencia y cercanía de la Iglesia.