Un barco de rescate marítimo atracó el viernes en un puerto del sur de Francia con 230 migrantes, cuyo destino provocó una disputa diplomática entre Francia e Italia, lo que pone en riesgo los esfuerzos de la UE de distribuir entre todos a las personas en busca de asilo.

La recepción francesa del Ocean Viking, aunque reticente, desató la indignación de los rivales de ultraderecha del gobierno francés. Defensores de migrantes expresaron alivio, pero lamentaron que pasaron semanas para que la embarcación encontrara un puerto, ya que Italia se negó a permitirle atracar.

El Ocean Viking desembarcó a sus pasajeros en el puerto de Tolón, donde pasaron controles de salud y seguridad en una base militar, dijo el prefecto de la región de Var, Evence Richard. Después fueron enviados en autobuses al centro turístico mediterráneo de Giens, en donde se anticipa que comiencen con su proceso de solicitud de asilo. Entre los migrantes, que proceden de Eritrea, Egipto, Siria, Bangladesh, Pakistán y otros países, había 57 menores, de los que el más pequeño tenía apenas 3 años, y más de 40 de ellos no están acompañados, según la ONG europea de rescate SOS Mediterranée, que opera el barco.