Biden inicia su tercer año bajo tormenta política

Se cumplieron tres años desde que Joe Biden se convirtió en el 46 presidente de Estados Unidos. En su primer discurso, el 20 de enero de 2020, puso énfasis en la necesidad de “curar el alma del futuro de la nación”.

El 8 de noviembre, este mensaje caló de nuevo en una sociedad tremendamente polarizada y permitió a los demócratas mantener el control de la Cámara Alta en las elecciones de medio mandato. Pero la reciente aparición de documentos clasificados en la residencia personal del presidente Biden y en una oficina privada de su época como vicepresidente está haciendo mella en la aceptación del mandatario, cuyo índice de popularidad no pasa por su mejor momento (51.3 % está en contra).

Los republicanos se frotan las manos y ponen a Biden contra las cuerdas, al criticar la falta de transparencia de la Casa Blanca en el descubrimiento de los documentos clasificados —siendo que el primer lote se encontró el 2 de noviembre, seis días antes de las elecciones intermedias, pero no se hizo público hasta el 9 de enero— y preparando las bases para una larga investigación de la actual administración, del hijo del presidente (Hunter), de la abrupta retirada de tropas de Afganistán y, prácticamente, de todo lo que se les ponga por delante, porque desde enero de 2023 controlan la Cámara Baja y pueden hacerlo.

Cuando faltan menos de dos años para que culmine su mandato, Biden se enfrenta a una investigación del Departamento de Justicia que a ojos de los estadounidenses lo posiciona en el mismo lugar que al exmandatario Donald Trump —quien también se enfrenta a una investigación después de que el FBI encontrará 325 documentos clasificados en su mansión de Mar-a-Lago, Florida—. Algunos hablan ya de un “escándalo de dimensiones trumpistas”, por el paralelismo entre ambos casos, aunque Biden y su equipo insistan en que no tienen nada que ver porque el presidente se ha ofrecido a colaborar con la justicia desde el principio. Se preveía que estaba a punto de anunciar si se presentará a las elecciones presidenciales de 2024, o por lo menos ese era el plan hasta ahora.