Si bien la Unión Europea (UE), por su cercanía y lazos culturales, sigue siendo el “gran Dorado” para la gran mayoría de los africanos que buscan mejores oportunidades de vida en el extranjero, en los últimos años las Américas han ido tomando relevancia en la mente del migrante del segundo continente más poblado.
El número de migrantes de países africanos que intentan cruzar la frontera hacia Estados Unidos sin la documentación adecuada comenzó a crecer en 2013, se disparó en 2019 y este año ha vuelto a romper récords.
Durante el año fiscal 2019 más de cinco mil migrantes africanos procedentes de 35 países fueron detenidos mientras intentaban cruzar de manera irregular a Estados Unidos desde México.
Este año el número de migrantes africanos registrados por las autoridades mexicanas ya triplica el total de 2022, de acuerdo con la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados.
De acuerdo con una investigación realizada por Caitlyn Yates y Jessica Bolter, del Migration Policy Institute (MPI), con sede en Washington, los inmigrantes africanos rara vez siguen una ruta lineal desde sus países de origen hasta la frontera entre Estados Unidos y México.
“A menudo, ni siquiera inician el viaje con un destino final en mente, sino que van tomando decisiones sobre la marcha, determinando solo el próximo país al que viajarán, en lugar de un objetivo final”.
Sostiene que algunos intentan buscarse la vida en los países de Sudamérica antes de pasar por Centroamérica con la ilusión de llegar a Estados Unidos o Canadá.
“Para los que no empiezan con la intención de llegar a Estados Unidos, el interés en el país puede comenzar una vez que están en él. De principio a fin, sus viajes pueden durar meses o incluso años”.
Una fuente especializada consultada por El Universal en el marco de la presentación del Índice Global sobre Delincuencia Organizada, un proyecto de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Trasnacional, explicó que la diferencia entre los que parten sin planificación previa y los que tienen en mente un destino es la implicación de bandas trasnacionales especializadas en la trata.
Los migrantes procedentes de países africanos están eligiendo cada vez más llegar a Centroamérica por vía aérea para evitar los peligros que supone el Darién, el cruce selvático entre Colombia y Panamá.
Desde el norte de Colombia, el viaje a través de la selva dura entre cuatro y 10 días a pie, y es altamente peligroso, no solo por los retos que supone la falta de refugio y de caminos demarcados, también por la presencia de bandidos, narcotraficantes y guerrilleros.
La Organización de las Naciones Unidas con sede en Ginebra, reporta que cuatro mil 100 migrantes africanos cruzaron el Darién entre enero y julio del presente año, lo que representa 65 % menos que en el mismo periodo de 2022.
En contraste, los arribos a Honduras registraron un incremento de 553 %, sumando un total de 19 mil 412 personas africanas.