Además de convertirse en investigadoras y sufrir amenazas y extorsiones, las familias buscadoras desarrollan enfermedades como diabetes y otras relacionadas con la salud mental.
Ante esta situación, colectivos de búsqueda, familiares de desaparecidos y organizaciones de la sociedad civil presentaron este miércoles en Ciudad Juárez, el Diagnóstico sobre seguridad para colectivos de familias de personas desaparecidas en México, realizado por el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México.
Carla Palacios Flores, coordinadora del Centro de Derechos Paso del Norte, explicó a El Universal que tan solo en Ciudad Juárez se cuentan al menos mil 417 personas desaparecidas de 1965 al corte de agosto de 2025. En el estado de Chihuahua se estima que son más de 4 mil los desaparecidos.
En el caso del diagnóstico, detalla que lo que se busca es ponerle un rostro a quienes han sufrido violencias o problemáticas en materia de búsqueda.
Deterioro físico
En el documento se señala el deterioro físico que las madres buscadoras o familiares sufren al estar en condiciones no óptimas para realizar procesos de búsqueda, por el rechazo que han sufrido de las autoridades y las violencias que viven, así como la discriminación.
En el documento, al cual tuvo acceso El Universal, se explica que los miembros de los colectivos de búsqueda sufren agresiones que van desde amenazas, ataques a su patrimonio, hostigamiento e intimidación, allanamiento, estigmatización, vulneración de datos, entre otros.
Además, describe los impactos a la salud emocional que van desde estrés, síndrome postraumático, problemas de ansiedad, estrés crónico y culpa, mientras que en la salud física los colectivos refirieron casos de problemas cardiacos, presión arterial alta y baja, preinfartos, parálisis facial, diabetes, hipertensión, insuficiencia cardiaca y cáncer.
El documento indica que no existe un número nacional de madres buscadoras o personas que se dedican a buscar a sus familiares, ya que muchas familias deciden dejar la búsqueda por el tema de seguridad.