Ante el prestigio que el banano de Tabasco ha ganado a nivel internacional, productores trabajan para abrir nuevos mercados y devolverle la denominación de “oro verde” con la que hace décadas se refería a la economía y producción de esta fruta, antes del boom petrolero.
En entrevista con Notimex, el presidente del Comité Sistema Producto Plátano Nacional, Adrián Prats Leal, indicó que el sector es número uno en la entidad, principalmente por la fuerza laboral que contrata, que es de una persona por cada una de las 12 mil hectáreas que hay en el estado.
De acuerdo a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), el banano es el cultivo más importante en Tabasco y su primera economía en el campo.
Al año, Tabasco genera entre 350 mil y 400 mil toneladas, poco menos de un cuarto de la producción nacional que es de dos millones de toneladas, cuyo resto se distribuye entre Chiapas, Jalisco, Colima, Michoacán y parte de Veracruz.
El banano, mencionó Prats Leal, ha tenido un fuerte auge en los últimos años y ha adquirido gran prestigio internacional, pues lo comienzan a pedir en varias partes del mundo.
Por ello, hoy el fruto llega a Japón, Alemania, Corea, Países Bajos, Singapur, Rusia, Ucrania, Nueva Zelanda, Bélgica, Turquía, Suecia, España, Italia, Albania, Montenegro y los Estados Unidos. Además se han comenzado pláticas con China.
El también presidente del Consejo Nacional de Productores de Plátano, señaló que la superficie de cultivo ha crecido poco, pues hay territorio que requiere ser protegido contra inundaciones y porque no puede sembrarse una hectárea más si no se asegura que irá al mercado de exportación.
Asimismo, destacó que tarde o temprano se acabará el petróleo y el gobierno no debe perder de vista fortalecer al campo porque ahí estará el mayor ingreso de divisas.
Mantener la calidad, primordial
A partir del kilómetro 35 de la carretera Villahermosa-Teapa aparecen en ambos lados de la vía las plantaciones con los racimos colgantes de banano embolsado y así durante 20 kilómetros hasta poco antes de entrar a la cabecera municipal de Teapa.
Decenas de fincas se encuentran en la zona, fundiéndose con las plantaciones de la parte norte de Chiapas y abarcan comunidades como Sarabia, Quintana, Hermenegildo Galeana, Morelos, Juan Aldama, Nuevo Nicapa, Blanquillo, Las Lilias, entre otras, de donde se surten de mano de obra.
Para Evaristo Puga Jácome, Ingeniero Agrónomo egresado de la Universidad de Chapingo, la calidad del fruto pasa por un control de plagas, enfermedades, deshoje, saneo, desflore, embolsado, cosecha y entrega en la empacadora.
Con 25 años de trabajar en fincas bananeras, el también encargado de la Finca Las Mirandas desde hace una semana, explicó que la producción es continua, pues desde el primer racimo hay una renovación de los hijos de cada planta.
En cuanto a las enfermedades que padece este cultivo, indicó que la sigatoka negra, es un mal agresivo sobre todo cuando hay exceso de calor y humedad, que debe estar en constante control tanto con químicos mediante fumigación aérea con avionetas y monitoreo semanal en campo.
Incluso, ese control representa un alto costo en la producción, pues de cada caja de banano, entre el 25 y 30 por ciento de la venta lo abarca ese combate.
Selección y empacado
En cada finca existe una red de monorrieles para facilitar la transportación de los racimos cortados hacia las instalaciones de empacado.
Así ocurre en la Finca La Gloria, donde el proceso es supervisado por el encargado, José Domingo Pérez Priego.
Explicó que allí se revisa la cinta de color, se revisa el grosor adecuado para exportación y la ausencia de algún golpe para pasar el proceso de desmane y selección a cargo de mujeres que depositan el banano en pilas de agua que contiene alumbre para retirarle la savia o látex al banano recién cortado.
Antes de ser empacados pasan por dos fumigaciones, una con cloro y ácido cítrico para retirar residuos de látex y el segundo para proteger la corona.












