Tras haberse agotado las vías diplomáticas y políticas, la historiadora Blanca Barragán Moctezuma, descendiente que pertenece a la decimosexta generación del tlatoani Moctezuma, con apoyo de su esposo, el abogado Jesús Juárez, y el hijo de ambos, Román Juárez, buscan que la repatriación del Penacho de Moctezuma, que se encuentra en el Museo Etnológico de Viena, Austria, se realice por la vía judicial.
En el proceso colaborará el bufete de abogados Burris, Schoenberg y Walden, con oficinas en Los Ángeles, California, que logró la restitución del famoso “Retrato de Adele Bloch-Bauer” de Gustave Klimt, que estaba en el Palacio de Belvedere, en Viena, a familiares en Estados Unidos.
La idea de llevar a la Corte Internacional el caso del penacho se dio luego del “fracaso” de intento de recuperación del gobierno del expresidente López Obrador, quien, a través de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller pidió al gobierno de Austria la devolución de esta pieza de arte plumario mexica, hecho que “enfrió” las relaciones diplomáticas entre ambos países, según declaró el propio exmandatario en varias ocasiones en conferencia.
Proceso judicial
La noticia de la judicialización del Penacho de Moctezuma la dio a conocer la periodista cultural, Adriana Malvido, en su columna “Cambio y fuera”, hace unas semanas; sin embargo, Barragán Moctezuma y su familia detallan en entrevista que el primer paso para comenzar el proceso jurídico es que el gobierno de México tome una postura positiva en el caso, es decir, que apoyen la petición y respalden a la familia.
De acuerdo con Román Juárez, las pláticas con el dueño del bufete Burris, Schoenberg y Walden, Donald Burris, comenzaron en 2021, y fue elegido por la familia por su amplia experiencia en la Corte Internacional en Austria.
“Sería su primer caso en Latinoamérica y por eso les parece fascinante; ya hemos hablado de los gastos de representación y parece que no están tan interesados en la parte económica, les interesa la proyección que pueda tener el caso para que el público de esta parte del mundo se familiarice con su trabajo”, detalla.
Pero la principal condición, recalca Román Juárez, es que el gobierno de México “tiene que tomar un lado”.
“El gobierno no puede ser ambiguo en esto, no puede estar al margen, tiene que decir que la señora (Blanca Barragán Moctezuma) está en su derecho de reclamar lo que por derecho le pertenece a su familia; que están del lado de la causa legal”, indica.
Añade también que la Cancillería de México ya está enterada de la intención de Barragán Moctezuma de reclamar por la vía legal el Penacho, sin embargo, sigue pendiente la declaración de su postura oficial en el caso.
Jesús Juárez señala que no solo pedirá a la Corte Internacional la devolución del famoso Penacho de Moctezuma, ya que, asegura, saben de buena fuente que el Museo Etnológico de Viena tiene otros objetos conocidos que pertenecieron al tlatoani, como la colección de sus aposentos cuando residió en Tenochtitlan, hoy Palacio Nacional.
Política y diplomacia, sin resultados
De acuerdo con Jesús Juárez y Blanca Barragán, las vías políticas y diplomáticas ya están muertas por dos razones principales: un estudio binacional entre México y Austria de 2012 que concluyó que el Penacho no puede viajar porque es posible que se dañe; y por el intento, “mal ejecutado”, de Gutiérrez Müller, de que el gobierno austriaco devolviese la pieza.
Blanca Barragán Moctezuma señala directamente a Beatriz Gutiérrez Müller como “la gota que derramó el vaso” y que suspendió las negociaciones por la vía diplomática para la repatriación de la pieza mexica.
Confían en respaldo
Cuestionada sobre si el gobierno de México emita una postura negativa en judicializar el regreso del Penacho de Moctezuma, la familia indica que tiene confianza en que la Cancillería mexicana dará el respaldo porque la pieza es un objeto “que fue robado, no regalado”.
“Austria se ofende cuando decimos que fue un objeto robado, pero ¿cómo pueden probar que no fue robado? Y hasta caen en el absurdo de que lo compraron y además, pero no los estamos acusando de robo, por eso tenemos que estar en comunicación con la Cancillería de cada paso que demos”.
¿Qué pasará con el Penacho en caso de que ganen el juicio?, se le preguntó a la familia, a lo que respondieron que será una decisión difícil que se tomará cuando llegue el momento.
“Yo pensé al inicio que, si ganamos, el Penacho tendría que estar en el Museo del Templo Mayor, porque incluso nos han cuestionado si lo pondríamos en nuestra casa, pero y si sí, ¿cuál sería el problema?, pero no, no será así”, asegura.
“Antes de ser patrimonio nacional es un artefacto que pertenece a nuestra familia, a sus herederos, a sus descendientes, porque están muy vivos; para desgracia de los gobiernos de México y Austria, los descendientes de Moctezuma están muy vivos”, recalca Román Juárez.
De acuerdo con Jesús Juárez, todavía no hay fecha para que se reúnan con la Cancillería para determinar la postura de México en el caso, pero están empujando al área jurídica para que la junta sea lo más pronto posible.
Sin embargo, no les sorprende que el proceso pueda demorar años, ya que estos casos de alta complejidad “toman tiempo”.
“La familia opera a escalas de tiempo distintas, operamos a años, esto es un proceso de largo aliento. Puede ser un año, o tres años, o 10 o más, porque esto tiene precedente desde las tatarabuelas, desde los siglos XIX y XX”, señala Román Juárez.
Hace unas semanas, la presidenta Claudia Sheinbaum abordó el tema del penacho en conferencia, e indicó que su gobierno sigue con la petición de que cualquier pieza que pertenezca a las culturas prehispánicas sea devuelta a México.