En los primeros momentos de los incendios de Maui, cuando los fuertes vientos derribaron postes de electricidad, golpeando los cables electrificados contra la hierba seca, hubo una razón por la que las llamas estallaron todas a la vez en filas largas y ordenadas: esos cables eran de metal desnudo y sin aislamiento, que podría producir chispas al contacto.

Los videos e imágenes analizados por The Associated Press confirmaron que esos cables se encontraban entre kilómetros de línea que Hawaiian Electric Co. dejó expuestos a la intemperie y al follaje a menudo espeso, a pesar de una reciente presión de las empresas de servicios públicos en otras áreas propensas a incendios forestales y huracanes para cubrir sus líneas o enterrarlas.

Para agravar el problema, muchos de los 60 mil postes eléctricos de la empresa, en su mayoría de madera, que sus propios documentos describían como construidos según “un estándar obsoleto de la década de 1960”, estaban inclinados y cerca del final de su vida útil proyectada.

Es “muy improbable” que un cable completamente aislado hubiera provocado un incendio en la vegetación seca, dijo Michael Ahern, director de sistemas de energía en el Instituto Politécnico de Worcester en Massachusetts.