Caos eterno que encamina a Reino Unido a elecciones
Apenas lleva seis semanas en el 10 de Downing Street y en la partida del Brexit, Boris Johnson no ha avanzado ni una sola casilla. Twitter

Cambió el premier, el estilo, la retórica y el equipo, pero al final el resultado sigue siendo el mismo: un completo caos.

Apenas lleva seis semanas en el 10 de Downing Street y en la partida del Brexit, Boris Johnson no ha avanzado ni una sola casilla; por el contrario, ha retrocedido en medio de un absoluto desorden que trastoca hasta su entorno familiar.

Desde el momento en que la Cámara de los Comunes reinició actividades, el pasado 3 de septiembre, las derrotas han sido una tras otra.

No había comenzado a operar Westminster y el controvertido euroescéptico ya había perdido la mayoría parlamentaria. En medio de amenazas de expulsión, el tory Philip Lee optó por pasarse a las filas del Partido Liberal Demócrata.

Denunció “la agresiva forma con que se busca un Brexit nocivo”, así como el virus del populismo que infecta al partido. Con el cambio de formación, la alianza con los unionistas norirlandeses dejó de ser suficiente para que los conservadores cuenten con mayoría absoluta.

A la rebelión de Lee prosiguieron otras que terminaron por arrebatarle el timón del Brexit a Johnson. La Cámara de los Comunes recuperó el control del proceso asestándole al Ejecutivo tres contundentes descalabros en 48 horas.

Con el apoyo de la oposición y de una veintena de sublevados tories, fue aprobada en dos ocasiones una propuesta legislativa para frenar el plan suicida de Johnson, el de salir cueste lo que cueste de la Unión Europea (UE) el 31 de octubre.

En su lugar, los comunes trazaron una nueva hoja de ruta, que consiste en pedir a Bruselas otra prórroga de tres meses, hasta el 31 de enero de 2020, si para el 19 octubre no hay acuerdo con la UE que garantice una retirada armoniosa en la fecha prevista. El tercer revés fue asestado al fracasar una propuesta de Johnson para convocar elecciones anticipadas el 15 de octubre. La reforma de 2011 estableció que para adelantar comicios se necesita el aval de al menos dos tercios de la cámara; es decir, 434 votos. La iniciativa del premier británico consiguió 298.