Catástrofe ambiental

En algunas regiones del mundo hay un incremento de muertes por las altas temperaturas, y en otras por el frío, así como aumento de enfermedades transmitidas por el agua, esto es causado por la acumulación de gases de efecto invernadero, que aumentan el calentamiento de la atmósfera, lo cual trae como consecuencias sequía, plagas e incendios, huracanes e inundaciones, deforestación, desertificación en grandes áreas del planeta.

La semana pasada se contemplaron huracanes devastadores que dejaron muerte y destrucción, en varias regiones de Estados Unidos muy especialmente en Nueva Orleans y el estado de Nueva York.

El continente africano navega a la deriva, padece una crisis alimentaria sin precedentes afectando a millones de seres humanos por la escasez de lluvias.

Según estudios de la ONU, el ascenso de la temperatura en el mar provoca la propagación de enfermedades, epidemias y pandemias, advirtiendo que el aumento de un grado en la temperatura del planeta traerá graves consecuencias e inundaciones en las costas de los océanos.

Las causas son muy diversas, una de ellas son los combustibles fósiles, cuyos efectos se hacen sentir sobre todo en países industrializados, especialmente Europa, Estados Unidos y China, causantes mayores de emisiones de efecto invernadero.

La solución está al alcance de todos: en lugar de hablar, hay que plantar un árbol, porque todos somos corresponsables, convirtiendo mares, ríos y continentes en un basurero, esto requiere una acción decisiva de conjunto no paliativos.

Hay que actuar hoy para evitar un apocalipsis, con responsabilidad y ética combatiendo las causas de estos fenómenos, que debería asumir la comunidad internacional, gobiernos y la sociedad entera para evitar esta catástrofe.

Algunas organizaciones como el Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo, desde hace 40 años, asociado con la Organización No Gubernamental Plant for the planet, ha tomado nuevos bríos, organizando una cruzada, plantando árboles, reside en el estado de Campeche, organizando invernaderos para producir árboles de distintas especies, cuenta con más de 100 trabajadores, plantando diariamente más de 10 mil árboles por día, gesto que se debería agradecer.

El Ing. Félix Finkbeiner, que reside actualmente en Campeche, es un soñador, creador de este brillante proyecto, impulsando cruzadas de reforestación, ejemplar para la educación y la cultura del equilibrio climático, niños organizando brigadas entre 8 y 14 años, ponen el ejemplo.

Esta iniciativa llegó a México en 2015, hasta la fecha se han plantado más de 6 millones 402 mil árboles. El objetivo para este año en medio de la pandemia covid-19 es plantar 7 millones, repartidos en diversos estados.

Sin bajar la guardia hay que seguir trabajando en equipos más pequeños reforestando espacios casi desérticos, incluyendo también la apicultura.

Es urgente salvar el planeta. Hay que dejar de hablar, y pensar en una educación sustentable con visión de futuro, evitando esta tragedia ocasionada por el ser humano.