La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) celebró la detención y el auto de formal prisión dictado contra Jorge Antonio Sánchez Ortega, exagente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), por su presunta responsabilidad en el homicidio de Luis Donaldo Colosio Murrieta, ocurrido el 23 de marzo de 1994.
Al afirmar que este paso debe ser “el principio de la Justicia y la Verdad” en uno de los asesinatos políticos más relevantes del país, detalló que el avance en el caso derivó de la Recomendación 48VG/2021, emitida hace cuatro años, que documentó violaciones graves a los Derechos Humanos contra Mario Aburto Martínez y su familia.
Tras más de dos años de litigios y dilaciones, la CNDH reconoció el trabajo de la Fiscalía Especial en Investigación de Delitos Cometidos por Personas Indígenas y en Investigación de Delitos Sociales y Políticos del Pasado.
También destacó que el juez Cuarto de Distrito en Materia Penal en el Estado de México, Daniel Marcelino Niño Jiménez, libró la orden de aprehensión y dictó auto de formal prisión contra Sánchez Ortega.
Recordó que la reapertura del caso ocurrió el 5 de abril de 2022, cuando la FGR creó una Fiscalía Especial de Investigación y Litigación para el Caso Colosio, retomó la averiguación previa SE/003-BIS/95 y reunió más de 43 pruebas nuevas y antiguas no consideradas en su momento. Entre ellas, elementos que apuntan directamente a Sánchez Ortega, cuya participación, según afirmó la CNDH, “se ocultó y se intentó desvanecer” durante años.
Teoría del “asesino solitario” La Comisión reiteró que la teoría del “asesino solitario” quedó comprometida desde el principio, pues las pruebas contra Aburto fueron obtenidas bajo tortura y coerción que, desde 2021, recomendó una nueva investigación que permitiera esclarecer completamente los hechos.
La CNDH narró que Sánchez Ortega fue detenido inicialmente en Lomas Taurinas el mismo día del asesinato, tras presentar manchas de sangre en su ropa y dar positivo en la prueba de rodizonato. A pesar de ello, fue liberado apenas 19 horas después, gracias a la intervención de altos funcionarios del CISEN, entre ellos Genaro García Luna, entonces subdirector operativo, quien viajó personalmente a Tijuana para recogerlo. La entonces PGR sostuvo que el arma homicida era la de Aburto y ratificó la versión del homicida solitario.












