Jorge Raúl Tirado, lleva 4 años y diez meses preso por un delito que no cometió. En el penal Neza-Bordo, mantiene una rutina, pero el coraje, la ansiedad y la desesperación de estar lejos de sus tres hijos no cesa. “¿Por qué estoy aquí?”, se pregunta. Tirado señala a la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO), adscrita a la Fiscalía General de la República (FGR), de fabricar un caso de secuestro en su contra.
El 12 de enero de 2021, Jorge salió de su casa, en el municipio de Nezahualcóyotl, para entregar unos termómetros que había ofrecido por internet. Al llegar al punto de encuentro, en la calle 22 de la colonia El Sol, fue interceptado por dos camionetas Mitsubishi blancas, en las que viajaban, en cada una, tres policías ministeriales con armas largas.
“Yo pensé que era un secuestro. Me subieron de forma violenta a una de las camionetas, me mostraron una orden de aprehensión en mi contra por el delito de secuestro y me enseñaron las fotos de dos hombres, me preguntaron si los conocía, yo les respondí que no. En un tono burlón me contestaron: ‘No te preocupes, ahorita los vas a conocer’”, relata Jorge en entrevista.
En el camino lo despojaron de su celular, cartera, dinero y un reloj. Uno de los policías le dijo: “Te estuvimos investigando por 4 años, nada más nos hizo falta meternos en el baño contigo, pero no te encontramos nada”. Y otro agregó: “Pero ni modo… ahora te tocó a ti”.
Advierten pruebas débiles
Al llegar a las instalaciones de la FEMDO Jorge tuvo su primera audiencia por videoconferencia, le entregaron formalmente la orden de aprehensión en su contra, en donde se le señala de supuestamente participar como “negociador” en un secuestro que ocurrió en octubre del 2016. Jorge fue relacionado con el caso porque su nombre estaba en el registro de llamadas del policía municipal Benjamín Ramírez, identificado por la víctima del secuestro como uno de sus cuidadores mientras estuvo privado de su libertad; sin embargo, ni la víctima ni su familia reconocieron a Jorge Tirado.
La relación entre el oficial y Jorge surgió porque Ramírez estaba asignado para vigilar la zona en donde Raúl tenía tres locales en renta. En una ocasión, Jorge le llamó al policía para pedirle ayuda porque su mamá y su hermana habían chocado en la colonia. En esa llamada el policía se dirigió a Jorge como “jefe”, esa fue la prueba para que la fiscalía relacionara al hombre con el delito. “Ese fue el peor error de mi vida, haberle marcado a ese policía”, lamenta Jorge.
La familia de Tirado menciona que las autoridades inventaron que la voz de su hermano tenía coincidencias con uno de los registros del Banco de Voces de la Policía Federal. Pero, la voz con la que relacionan a Raúl era de un archivo de diciembre de 1994, 22 años antes del ataque.
Tras casi diez horas detenido, Jorge pudo comunicarse con su familia. “Desde el primer momento estás muerto en vida. Las enfermedades han avanzado más, mis hermanas y yo tomamos antidepresivos. Es desgastante, físico, emocional, económico. Es un infierno. Una parte de nosotros también está presa”, dice en entrevista la hermana de Jorge, Itzuri Tirado.












