Chaudia Sheinbum Pardo nació en la Ciudad de México, en 1962, lugar donde creció; durante su juventud, se formó como física en las aulas de la Facultad de Ciencias de la UNAM y cursó estudios de maestría en Ingeniería Energética, logrando ser la primer mujer en obtener el grado de doctora en Ingeniería Energética, también por la máxima casa de estudios del país; además es investigadora del Instituto de la UNAM, con licencia, y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, logrando así en 2007 ser parte del Panel de Expertos en Cambio Climático que ganó el Premio Nobel de la Paz.
Hija de químico y bióloga
Sheinbaum Pardo nació el 24 de junio, en el seno de una familia judía secular de origen lituano y búlgaro. Es la segunda hija del matrimonio del químico Carlos Sheinbaum Yoselevitz y la bióloga Annie Pardo Cemo.
Carlos Sheinbaum formaba parte de la comunidad judía asquenazí originaria de Lituania que llegó a México en la década de 1920. Su padre era comerciante de joyas y militaba en el Partido Comunista Mexicano.
La familia practicaba las tradiciones judías, incluida la celebración de fiestas importantes y el mantenimiento de las costumbres asquenazíes. Annie Pardo, la madre de Claudia, procede de una familia de judíos sefardíes búlgaros asimilados que llegaron a México en 1942. Pardo se convirtió en la primera mujer sefardí en el mundo académico mexicano. Los padres de Claudia participaron activamente en los círculos de la izquierda mexicana durante la década de 1960, en protestas, movimientos obreros y revueltas estudiantiles.
Sheinbaum mantuvo un pie en la militancia, donde conoció a Carlos Ímaz, un político del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PDR) con el que se casó en 1987, y otro en la academia, donde hizo una maestría y un doctorado.
Pero mantuvo, siempre, ese otro pie en la política: fue vocera de las campañas presidenciales fallidas de AMLO en 2006 y 2012, y en 2015 ganó la alcaldía de Tlalpan, la delegación de CDMX donde creció.
Casada en la actualidad
Actualmente está casada con Jesús María Tarriba Unger, tiene dos hijos de su primer matrimonio con Carlos Ímaz, Mariana Ímaz Sheinbaum (36 años) y Rodrigo Imaz Alarcón (41 años) y una nieta que nació en el 2023, luego de que Rodrigo Imaz tuvo su primer hijo con su esposa Sofía.
Mariana Imaz es la única hija que Sheinbaum tuvo durante su matrimonio con Carlos Ímaz. En tanto que a Rodrigo Imaz lo ha considerado como su hijo, aunque él nació durante el primer matrimonio de su exesposo con Sandra Alarcón. Sheinbaum crió a Rodrigo Imaz como propio desde 1987.
Participación en la IP
La presidente electa declara que participa como accionista en dos empresas mexicanas: Eli Cami y Compañía, dedicada a la producción de aceites sulfonados y otros productos químicos para el sector de curtido de pieles. En esta empresa, en el Estado de México, Sheinbaum tiene 8 % de acciones, pero sostiene que no recibe remuneración de ella.
Tampoco obtiene ganancias por ser accionista, con un 8 % también, en la empresa Sintacrom de México, en Guanajuato.
Las compañías pertenecieron al fallecido ingeniero Eli Cami Capón y el padre de la exjefa de Gobierno, Carlos Sheinbaum Yoselevitz, fue representante de ambas, como consta en el registro de comercio de la Secretaría de Economía.
En 2023, hasta que renunció a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México para buscar la candidatura presidencial de Morena, Sheinbaum percibió un ingreso de 475 mil 013 pesos, más dos mil 464 pesos de rendimientos de un fondo de inversión que tiene.
Además, declara una cuenta de cheques y otra de depósitos a plazos, todo en bancos de México, así como una tarjeta de crédito sin ningún adeudo.
Heredará varios desafíos
Como presidenta, se enfrenta a una herencia de numerosas tribulaciones. La empresa petrolera paraestatal está agobiada por la deuda, la migración en el país ha alcanzado cifras históricamente altas y la violencia de los cárteles sigue agobiando a México.
Ha dicho que continuará con la política de López Obrador de atender las causas de la violencia, en lugar de hacerle la guerra a los grupos delincuenciales, pero también que va a trabajar para disminuir las tasas de impunidad y fortalecer a la Guardia Nacional.
A solo meses de las elecciones presidenciales en EE. UU., Sheinbaum afirmó a The New York Times que estaba preparada para trabajar con quienquiera que gane. Ha repetido públicamente el énfasis de López Obrador en atender las causas que originan la migración.
En un debate reciente dio visos de un posible cambio, al decir que buscaría modificar a las autoridades migratorias del país, que a menudo son acusadas de corrupción.
Se le considera reservada, incluso distante
El Times habló con más de una veintena de personas que han trabajado con Sheinbaum o la conocen, y asistió a eventos de campaña, analizó sus escritos y apariciones en los medios; también la entrevistó en 2020 y otra vez este año.
Lo que quedó claro es que Sheinbaum tradicionalmente parece más cómoda resolviendo las cosas discretamente que promoviéndose a ella o a sus logros.
La trayectoria política de la candidata comenzó cuando López Obrador fue electo jefe de gobierno de la capital mexicana en 2000 y la invitó a una reunión en un Sanborns. “Yo lo que quiero es que disminuya la contaminación”, recordó ella que le dijo López Obrador. “¿Sabes cómo hacer eso?”.
Es una jefa exigente
En 2018, López Obrador llegó a la presidencia con una victoria contundente y ella se convirtió en la jefa de gobierno de Ciudad de México. Pronto se ganó la fama de ser una jefa rigurosa.
“Uno no llegaba a sus reuniones para decirle ‘lo estoy trabajando’”, dijo Soledad Aragón, exintegrante del gabinete de Sheinbaum. Cuando entraba a una sala de juntas, dijo Aragón, todos se incorporaban.
La jefa de gobierno era capaz de recordar cifras específicas semanas después de que se mencionaran en alguna reunión, sostuvo Aragón, quien la calificó de “brillante” y “exigente”, particularmente consigo misma. “Ha dado resultados”, añadió.