Pocas naciones cuentan con sistemas de alerta temprana antisismos (Eatyhquake Early Warning, o EEW, por sus siglas en inglés), aunqueJapón, China, Turquía, Rumania, Italia, además de la isla de Taiwán, se cuentan entre ellas. Sin embargo, no todos funcionan de la misma manera, ni tienen los mismos alcances.

El más avanzado es el de Japón, vigente desde 2007. Ubicado en el Cinturón de Fuego del Pacífico, por lo que el país es propenso a terremotos. El sistema japonés detecta los movimientos, calcula el epicentro y envía advertencias desde los mil sismógrafos que tiene distribuidos en el país.

Taiwán, también ubicado en el Cinturón de Fuego del Pacífico, cuenta con sistema regional desarrollado por el Buró Central del Clima, el Centro Nacional para el Alto Desempeño Computacional, el Centro para la investigación sobre Ingeniería en Terremotos y el Centro Nacional de Ciencia y Tecnología Nacional y la Reducción de Desastres, con un costo equivalente a un millón de dólares. Fue instalado en poco más de 200 escuelas, aunque el objetivo es alertar al resto de la población.

China, pese a no estar en la zona sísmica más activa del mundo —como Indonesia—, cuenta con un sistema regional de alerta, por el cual se envían mensajes vía teléfono celular. En Corea del Sur, a partir de 2016 comenzó a desarrollarse el servicio de alerta, vía mensajes de texto, a los ciudadanos, pero solo en coreano. Luego se pensó en hacerlo multilingual, considerando eventos como las Olimpiadas de Invierto de Pyeongchang.

En el caso de Turquía se colocaron 100 alecerómetros (10 estaciones) en puntos estratégicos de Estambul, cercanos a la falla de Mármara, que permiten elaborar un mapa rápido de los movimientos telúricos y una evaluación de los daños.