El presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó que el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec será entregado para su administración a la Secretaría de Marina (Semar), con el objetivo de evitar que sea concesionado a particulares, “ni mucho menos a extranjeros”, pues aseguró que este proyecto es un asunto de soberanía nacional.
En un video difundido en sus redes sociales desde el puerto de Salina Cruz, Oaxaca, y pese a la veda electoral, el titular del Ejecutivo federal garantizó que este proyecto significará empleos, bienestar y desarrollo para el país.
Señaló que el Corredor de 300 kilómetros que pretende unir el Pacífico con el Atlántico incluye la rehabilitación de este puerto, el de Coatzacoalcos, la rehabilitación de las vías del Ferrocarril del Istmo, así como la construcción de 10 parques industriales.
El presidente López Obrador señaló que este proyecto es financiado con presupuesto público y no se recurre a créditos porque su administración ha ahorrado y porque, afirmó, ya no hay lujos en la administración federal.
“No crédito, presupuesto, ya no se usan los Pidiregas, todo eso que resulta oneroso porque hay que pagar mucho por financiamiento. ¿Cómo tenemos dinero? Del presupuesto y no se recurre al financiamiento porque no hay corrupción, y esta es la clave de todo y porque estamos ahorrando, no hay lujos en el gobierno. Antes era un gobierno rico con pueblo pobre; el gobierno estaba ensimismado, no se atendía el desarrollo del país, ni se volteaba a ver a la gente”.
Aseguró que actualmente los puertos del Pacífico son los que mueven más carga que los que se encuentran en el Atlántico, por lo que los puertos de Manzanillo, Colima, y de Lázaro Cárdenas, Michoacán, son los que mueven más carga en México.
“Esto lo soñó Juárez, lo soñó y convirtió en realidad Porfirio Díaz, porque él hizo este puerto de Salina Cruz, hizo también el Tren del Istmo, el puerto de Coatzacoalcos, el puerto de Veracruz. “Tenía Porfirio un constructor favorito, un inglés (Weetman) Pearson, que era el que recibió todas las obras, al que le tenía mucha confianza y cumplía; era también el dueño de la compañía petrolera El Águila, que fue la que hizo la primera refinería en Minatitlán”.