En el primer semestre de 2024, con la gripe aviar al acecho y el coronavirus en sus repetidos repuntes, el dengue, en sus cuatro serotipos, ya duplicó el total de casos en América de 2023 al superar los 8 millones de pacientes y evidenciar las graves y demoledoras amenazas de un peligroso coctel de enfermedades sobre la salud en el hemisferio occidental.

Dengue, coronavirus y gripe aviar configuraron un explosivo menú sanitario regional. “En efecto, ya en este momento en todas las Américas hay una alarma y una alerta encendidas por la persona que murió [presuntamente] por gripe aviar en México”, afirmó el cirujano general venezolano, Jaime Lorenzo, especialista en salud pública y director ejecutivo de la organización (no estatal) Médicos Unidos de Venezuela.

Sin evaluar el lío entre México y la OPS, Lorenzo adujo que “la primera acción primordial es la vigilancia epidemiológica en donde haya presencia de criaderos de aves, porque es el mecanismo de destruir a tiempo cualquier situación que vaya a ocurrir: o sea, una alerta de vigilancia epidemiológica para todas las naciones”. Sugirió que la vigilancia tiene que aumentar, al recordar que, en paralelo, en la zona hay un acelerado aumento del dengue, provocado por la picadura del mosquito Aedes aegypti infectado con algún serotipo.