Como lo han hecho los políticos panistas Lilly Téllez, Teresa Castell, Gabriel Quadri y América Rangel, el presidente Andrés Manuel López Obrador, en un acto de desconocimiento, emitió comentarios transfóbicos contra Salma Luévano, diputada federal de Morena.

Aunque la diputada había sostenido un saludo con el presidente e incluso afirmó que la reconocía como mujer, el titular del Ejecutivo no respetó su identidad de género.

Si bien López Obrador ya ofreció disculpas a la legisladora este 9 de enero, diciendo que “la gente debe de asumirse, cualquier persona, como se identifique” y “el amor no tiene sexo y está por encima de todo”, la declaración del presidente se sumó al discurso de odio de la ultraderecha contra las poblaciones LGBT+.

Aunque al interior de Morena justificaron al presidente López Obrador diciendo que la declaración “no fue ni con odio ni con fobia”, la agenda legislativa en favor de las personas LGBT+ queda a deber con la diputada Luévano y María Clemente García, las primeras legisladoras trans de México.

“Nunca antes había avanzado tanto la agenda de la diversidad como en tiempos de la 4T”, expresó la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández. Lo cierto es que al interior del partido la agenda legislativa de la diversidad se ha estancado.