Este lunes 16 de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó el último desfile militar como jefe supremo de las Fuerzas Armadas.
Desde temprano la gente se dio cita en el Centro Histórico para apreciar el último desfile militar del sexenio. Entre tanto, las calles aledañas a Palacio Nacional estuvieron abarrotadas de elementos de las diversas corporaciones militares, ya sea del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional.
Cabe destacar que al ser creada en esta administración, el despliegue de la Guardia Nacional tuvo un papel preponderante en el desfile, acorde con el carácter prioritario que le ha conferido López Obrador.
En esta ocasión, por primera vez en la historia, el Ejecutivo federal estuvo acompañado por la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, sin duda el ultimo evento masivo en que el que participen conjuntamente particularmente con las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, esto se replicó con los titulares actuales y entrantes de la Secretaría de la Defensa Nacional, Luis Cresensio Sandoval y de la Marina, Rafael Ojeda, con sus respectivos sucesores, el general Ricardo Trevilla Trejo y el almirante Pedro Morales.
El desfile militar comenzó al filo de las 10 de la mañana, cuando López Obrador y Sheinbaum pasaron revista a los contingentes que se encontraban en la Plaza de la Constitución, para que después comenzar el despliegue de los contingentes que en conjunto sumaron a 15 mil 590 integrantes (22 por ciento de los cuales son mujeres) mientras que por los aires surcaron aviones de la Fuerza Aérea Mexicana.
¡Viva la soberanía, vivan los migrantes, viva el amor y la 4T!
Así también, el último Grito con un sabor de “hasta siempre”, como quien no quiere decir adiós.
Portando la banda presidencial en el pecho, el mandatario Andrés Manuel López Obrador encabezó por última vez la ceremonia del Grito de Independencia por el 214 aniversario del inicio de la gesta histórica.
También quedará para la historia como un hecho inédito la presencia de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, quien acudió como invitada, por primera vez, a esta ceremonia, a la fiesta de todos los mexicanos.
Horas antes, Sheinbaum Pardo, como testigo de honor, vio al titular del Ejecutivo firmar el decreto presidencial, con lo cual entra en vigor la reforma al Poder Judicial, “la joya de la corona” en su paquete de cambios constitucionales.
Ante un Zócalo repleto y eufórico, el presidente López Obrador arengó 21 “vivas” y cuatro “mueras”, en contra de la corrupción, el clasismo, el racismo y la discriminación.
En punto de las 22:57 horas, el presidente, acompañado por su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, comenzó con el histórico recorrido, primero por el Salón Embajadores.
Luego caminó por el Salón Recepciones. Momento solemne: los integrantes del gabinete legal y ampliado vieron, por última vez, pasar al mandatario emanado de la izquierda. Las cámaras y celulares registran el momento.
Al llegar a la escolta de bandera, integrada por cadetes del Heroico Colegio Militar, el presidente hizo un saludo marcial y se acercó para recibir con firmeza el lábaro patrio.
Sheinbaum Pardo, quien en 16 días será la primera mujer ungida como presidenta en la historia de la nación, observó cada detalle de la ceremonia. El próximo año, ella encabezará este momento significativo para la nación.
Nuevas arengas
El titular del Ejecutivo incluyó nuevas arengas desde el balcón central como ¡Viva la justicia!, ¡Viva la democracia!, ¡Viva la soberanía!, ¡Que viva el amor!, ¡Vivan los trabajadores mexicanos que son de los mejores del mundo!, ¡Vivan nuestros hermanos migrantes!, ¡Vivan todas y todos los mexicanos! y ¡Viva la Cuarta Transformación!, entre otras.
También arengó ¡Muera la corrupción!, ¡Muera la avaricia!, ¡Muera el racismo! y ¡Muera la discriminación!
Al cumplir con la ceremonia, el presidente y su esposa disfrutaron el espectáculo con drones que decían: “Gracias” y “México”, además de los juegos pirotécnicos.
Seguridad total en el primer cuadro
Policías capitalinos hacían revisiones aleatorias a mochilas y bolsas, mientras, vestidos de civil, elementos del Ejército se desplegaron entre los ciudadanos.
A las 18:43 horas, las primeras gotas cayeron sobre el corazón del país, pero los ánimos no menguaron en una Plaza de la Constitución que se llenó.
Una segunda mojada se dieron los asistentes, cerca de las 20:30 horas, aún así nadie perdió su lugar. Codo a codo, personas de Michoacán, Veracruz, Tabasco, Oaxaca y Estado de México, así como connacionales que viven y trabajan del otro lado del río Bravo, además de extranjeros, se hicieron presente en la fiesta nacional.