Aunque nació en el Estado de México, Mar se considera poblana de corazón. “Puebla ya es mi segundo hogar”, dice con un entusiasmo que no se desinfla en ningún momento. Estudia en universidades de distintos estados, pero pasa gran parte de su tiempo en Puebla.
Desde temprana edad, Mar demostró ser una estudiante destacada, lo cual la llevó a ingresar a una secundaria de alto rendimiento: el Plantel Fundación Azteca.
Durante la preparatoria (vivida en plena pandemia) mantuvo su excelencia académica y se expandió hacia nuevas áreas: deporte, arte, cultura, robótica, proyectos sociales e investigación científica. La combinación de talento y pasión le valió una beca del 100 % en el Tec de Monterrey.
“Me interesa la investigación científica, pero también la música, la danza, el deporte... No creo en limitarse”, comenta.
Preparación
Todo comenzó con Ingeniería Aeroespacial, carrera que hoy estudia en el Tecnológico de Monterrey. Aunque, al principio, no estaba segura de si era el camino correcto.
“Me encantan las ciencias puras, y no sentía tanto cariño por la ingeniería aeroespacial. Pero la fui conociendo y ahora me encanta”, confiesa riendo.
Para entonces, Mar ya estudiaba Ingeniería Aeroespacial e Ingeniería en Nanotecnología, pero decidió ir más allá. Así fue como ingresó también a Derecho, en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
La cuarta carrera que adoptó fue Física. Su amor por esta ciencia la impulsó a buscar una formación más profunda. Antes de entrar oficialmente a la UNAM, cursó Física en línea para sumar créditos y poder ser admitida en modalidad simultánea. “Mi objetivo es hacer un posgrado en Astrofísica”, afirma con convicción.
Dicen que no hay quinto malo. Entonces, se anotó al programa de Sobrecargo de Aviación. “La medicina aeroespacial también implica conocer sobre aviación. Quería familiarizarme con los protocolos, las emergencias y los primeros auxilios. Algún día quiero ser piloto, pero es caro. Mientras ahorro para las horas de vuelo, decidí comenzar por sobrecargo”, explica.
Como sexta licenciatura, toma Psicología. “Descubrí la psicología espacial viendo los entrenamientos de astronautas. Estudiaban cómo reacciona el cuerpo y la mente al aislamiento extremo. Me fascinó”. La cursa en modalidad virtual en la Universidad Rosario Castellanos.
Y como séptimo programa está Gastronomía, porque “también tiene su lado científico y cultural, y quería explorar eso”.