El presidente Andrés Manuel López Obrador tendrá una semana bastante pesada, puesto que además de lidiar con el tema de su hermano Pío López Obrador, así como la pandemia de Covid-19 (cuyas proyecciones de decesos hacia finales de año se calculan en más de 100 mil), se reunirá con cuatro de los gobernantes que integran la llamada Alianza Federalista.
El miércoles, el titular del Ejecutivo federal se reunirá por la mañana con el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme, en Torreón y ese día, pero por la tarde con José Rosas Aispuro Torres, gobernador de Durango, para inaugurar un centro Comercial en Gómez Palacio.
Al día siguiente, el mandatario viajará por tierra a Nuevo León, donde se encontrará con el gobernador Jaime Rodríguez “El Bronco”, y donde se prevé que puedan reunirse en Monterrey, donde se realizará la reunión de seguridad y conferencia de prensa, para más tarde visitar la refinería de Cadereyta.
De la Sultana del Norte, viajará a Tamaulipas, como último punto de su gira, para reunirse con el gobernador panista Francisco García Cabeza de Vaca, quien de plano está acusando al gobierno federal de “dar bofetadas de partido” tras informarse que Alejandro Rojas Díaz-Durán, candidato de Morena, lo acusó de tener vínculos con el narcotráfico.
No le quedará al Presidente más que el fin de semana para preparar su informe de gobierno que presentará el 1 de septiembre por la tarde en Palacio Nacional. Lo que es un hecho, adelantan, es que el caso Lozoya será mencionado, pero ¿el caso de su hermano y el “escenario catastrófico” de más de 60 mil muertos por Covid-19, también?