Sequía extrema en gran parte de México, olas de calor que causaron la muerte a humanos y animales y un nuevo huracán impredecible en la costa de Guerrero, enfrentó el país; además de los extremos de un clima cambiante. Entre el desastre, la buena noticia fue el fin de la sequía, a excepción de Sonora.
La destrucción que dejó el huracán John en Guerrero, que aún no se reponía de la devastación de Otis, causó inundaciones históricas, no solo en el puerto, sino a lo largo de la Costa Grande.
Colonias y pueblos enteros bajo el agua, deslaves, caminos deshechos, ríos desbordados, incluso en Chilpancingo. Oficialmente se contaron 24 personas muertas y miles de familias lo perdieron todo, una vez más.
Presas de Sonora sin agua por sequía
Esta entidad no logró revertir la sequía. Las lluvias no fueron suficientes y la Presa Abelardo L. Rodríguez, una de las principales fuentes de agua para la región, mantenía un nivel de 0 %. Pese a las medidas para mitigar sus efectos, la situación sigue siendo crítica.
Así también, las olas de calor intensas en Baja California que se registraron en 2024, las temperaturas más altas del país se registraron en Mexicali. El 18 de junio, el Servicio Meteorológico Nacional registró 50.6 grados. El calor intenso cobró la vida de al menos dos jornaleros del Valle de Mexicali, ambos a causa de una insolación.
En Tabasco, el calor golpeo duramente a la fauna silvestre, entre mayo y junio murieron decenas de monos saraguato por los efectos del clima y la falta de fuentes de agua. En San Luis Potosí, en la huasteca fallecieron loros por las mismas causas.
Tormenta tropical Alberto puso fin a la sequía
Y tras años de sequía severa, la tormenta tropical Alberto, que pegó en junio, fue muy bien recibida en el noreste del país, principalmente en los estados de Nuevo León y Tamaulipas.
Las lluvias que dejó el fenómeno en la región llenaron de nuevo los ríos, como en Santa Catarina, y subieron el nivel de presas. La gente vio con resignación las inundaciones, sobre todo en Monterrey, pensando más en los beneficios para el campo, la ganadería y el consumo humano.
El saldo de la tormenta fue de cuatro muertos en Nuevo León y daños en infraestructuras por los anegamientos.