El último eslabón en la cadena de la justicia

Los jueces son el último eslabón en la cadena de la justicia. Antes operan, y deben hacerlo con competencia y ética, los policías, los fiscales y los abogados, pues bien dice Calamandrei que para encontrar pureza en los tribunales es necesario entrar en su recinto con espíritu puro. Pero no basta que los operadores actúen con eficacia y los juzgadores sepan a las leyes. Resulta necesario que estos conozcan también cabalmente la sociedad en la que esas normas deben vivir, y para ello es imprescindible el oficio, la prudencia y la experiencia que solo dan los años de servicio. ¿Estaría tranquilo si el juez que decidirá si usted va a prisión, o si pierde su patrimonio o empleo, carece de experiencia y debe el cargo al azar a unas cuantas cartas de recomendación y a que ganó unas elecciones populares -con una previsible bajísima participación? Creo que no. Volviendo a Calamandrei, solo con el correr de los años maduran las virtudes de ponderación y de cordura que constituyen las mejores cualidades de los jueces