En el Senado se hacen bolas

El Senado se “hace bolas”, y tardaron tres horas y media, primero sin quórum, luego a que se encendiera el timbre que llama a abrir la sesión en plena contingencia por el Covid-19, ya en fase dos, cuando las calles quedan más y más desiertas.

Los desencuentros políticos parecen caprichosos -los que ayer querían irse piden quedarse; los que permanecerían “hasta la muerte”, porque la patria es primero, ni han llegado-, y mientras las veleidades se agitan con el aire fuerte que ya se siente, los trabajadores del Senado están en la incertidumbre.

Los asesores, secretarias, ayudantes generales de los senadores, en su gran mayoría, han recibido la orden de realizar trabajo en casa. Son unos cuantos los que asisten a los legisladores.