El abuso sexual de adultos a menores de edad varones es un hecho estigmatizado en América Latina, entre otras causas porque las actitudes culturales machistas impiden a menudo que los niños y sus familias denuncien este tipo de agresiones ante las autoridades.

Según estadísticas de Unicef, en los países latinoamericanos más de 200 menores son explotados cada hora, muchos de ellos sexualmente, por lo que estos maltratos constituyen una seria amenaza para la región.

La mayoría de los abusos no se reportan, pero en el caso de las agresiones sexuales que los hombres cometen con menores de su mismo sexo, las cifras son prácticamente inexistentes.

“En el contexto latinoamericano, un problema importante son los pocos datos de los que disponemos. Los estudios que se han hecho se centran en el abuso hacia las niñas.

“Hay una cierta animadversión hacia los abusos entre personas del mismo sexo, debido sobre todo al rechazo social, en un entorno donde predominan los valores machistas y la masculinidad hegemónica”, señala a El Universal, Sergi Fàbregues, profesor de Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

“Son muy pocas las familias afectadas que llevan a sus niños ante las autoridades a hacer la denuncia.

“El tema del machismo y el modo en que se visualiza la homosexualidad en los países latinoamericanos con un fuerte componente machista, hace que los padres teman que ante denuncias de este tipo su entorno social reaccione desfavorablemente”, agrega el académico.