Enfrentando los retos del turismo

Difícilmente puede identificarse un momento más retador para la industria turística mexicana que el que ahora se enfrenta.

En ese sentido, deben ser bien recibidas las iniciativas gubernamentales presentadas la semana pasada, referentes al relanzamiento de la plataforma “Visit Mexico” y la primera reunión del trabajo del Consejo de Diplomacia Turística. Sin embargo, el momento es tan complejo que parece necesario un esfuerzo más amplio y, sobre todo, la dotación de mayores recursos públicos para la promoción turística.

De acuerdo con Inegi, en el acumulado anual a junio, se reporta un aumento en las llegadas de turistas internacionales de 7.0% y de los ingresos turísticos de 12.6%; no obstante, estos datos deben ser tomados con reservas, pues el aumento en las llegadas se explica por el crecimiento del turismo fronterizo (14.8%), en tanto que las llegadas de los turistas no fronterizos que contribuyen con 85% de los ingresos, sólo crecen 1.3%.

Este último rubro entrará en terrenos negativos en el corto plazo pues, por un lado, los reportes de pasajeros internacionales en el mes de julio son malos, con caídas de 3.0% en Cancún, 5.2% en Los Cabos y 6.0% en Puerto Vallarta (estos aeropuertos concentran dos terceras partes de los arribos internacionales); por otra parte, entre julio-diciembre 2019 se pierden un poco más de un millón de asientos de avión en las rutas entre Estados Unidos y los tres destinos mencionados y la Ciudad de México, que los que había en el mismo periodo del año previo.

Por lo que hace a los ingresos, es muy posible que el crecimiento sea un espejismo, pues desde agosto del año pasado, la responsabilidad de la compilación estadística del turismo internacional fue asumida por el Inegi, relevando al Banco de México, con lo que los datos, en realidad, no necesariamente se pueden comparar por las variaciones en la aplicación de la metodología. 

En un entorno de tarifas a la baja y una demanda débil, no se puede explicar de otra manera, el aumento en el gasto medio del turista no fronterizo al pasar de 826.5 dólares a 927.8 dólares (12.6% en el periodo enero-junio 2019 vs. 2018).

México ha perdido 2.4 puntos de participación en el primer trimestre del año, en su principal mercado (Estados Unidos), en comparación con 2017; vale la pena decir que este mercado, por ahora, sigue teniendo una gran fortaleza pues el gasto de los norteamericanos en viajes al exterior creció un 6.7% en los primeros 3 meses de 2018. Es decir, los estadounidenses viajan internacionalmente más, pero menos hacia México.

Por lo que hace al mercado interno (75% del consumo turístico total) la situación no es buena; de acuerdo con Inegi en el primer trimestre del año hubo una caída de 2.8% en comparación interanual, con datos desestacionalizados.

A todo lo anterior habría que agregar la certeza de que, en el corto plazo, se vislumbra una recesión, lo que impactará, sin duda en las corrientes de viajeros hacia el país.

Es tiempo de que tanto el Poder Ejecutivo como el Legislativo muevan fichas en favor del turismo, pues los empresarios lo siguen haciendo. Si el anuncio de Sectur en el sentido de un crecimiento en el empleo turístico es cierto, pues esto sucede a costa de la rentabilidad y, por ende, de la competitividad de la industria.

Así, para fortalecer los recursos económicos para sufragar el esfuerzo de comunicación de la industria se podría avanzar en tres caminos concretos:

1. Aprovechar los recursos que hoy la ley etiqueta para la promoción turística de México, pues no se ha modificado la Ley Federal de Ingresos que consigna en su artículo 18-A que 80% de la recaudación del DNR se empleará para la promoción turística del país. Con la recaudación al mes de agosto estimamos que hay aquí un monto de unos 2 mil 500 millones de pesos para promoción. 

2. Implementar el DNR para cruceristas pues no hay razón para que estos viajeros queden al margen de este pago, que bien podría ser de 10 dólares (bastante menos que lo deja un pasajero de propinas en un barco). Con ello, este año se hubieran recaudado unos 70 millones de dólares que bien podrían destinarse a la promoción turística.

3. Aprovechar la reciente disposición de la Secretaría de Hacienda, para que la oferta comercializada en las plataformas digitales pague el IVA y el ISR, destinando 50% de esta recaudación —que podría sumar unos 6 mil millones de pesos anuales— a la promoción turística.