La gobernadora de Iowa envió helicópteros a un pequeño pueblo para evacuar a los habitantes de casas inundadas, como resultado de semanas de lluvia intensa, mientras que gran parte de Estados Unidos ansiaba aliviarse de otra ola insólita de calor.

Las sirenas sonaron a las dos de la madrugada del sábado, en Rock Valley, Iowa, de cuatro mil 200 habitantes, donde se pidió a los habitantes de cientos de casas que salieran porque el río Rock ya no podía soportar las lluvias que han azotado la región.

La gobernadora Kim Reynolds declaró estado de desastre para el condado Sioux. En un video grabado por un dron y publicado por la policía local, no se veían calles, solo tejados y las copas de los árboles que se asomaban por encima del agua.

En el resto de Estados Unidos, el calor y la humedad continuaron. El Servicio Meteorológico Nacional dijo que aproximadamente 15 millones de personas estaban bajo la advertencia máxima de calor, mientras que otros 90 millones estaban bajo una advertencia de calor de menor intensidad.