Un grupo de exdirigentes del PRI, encabezados por Dulce María Sauri, Enrique Ochoa y Pedro Joaquín Coldwell, y apoyados por Manlio Fabio Beltrones, presentó un recurso de impugnación ante el Tribunal Electoral y el PRI para que se invalide la reciente asamblea del partido y se anule la reforma que permite la reelección del presidente y a la secretaria general del tricolor.
Con esta acción, los exdirigentes priistas promueven un juicio de la ciudadanía en el que sostienen que “de manera ilegal y contraria a los estatutos de nuestro partido político”, la Asamblea Nacional Ordinaria del PRI aprobó reformas importantes a los estatutos, Declaración de Principios, Programa de Acción y Código de Ética Partidaria.
“Particularmente destaca la modificación al artículo 178 de los estatutos, para establecer que las personas titulares de la Presidencia y Secretaría General del partido podrán ser electas hasta por tres periodos consecutivos de cuatro años”.
Aseguraron que esta impugnación a la Asamblea es el primer paso que tomarán al respecto, pero resaltaron que aún habrá otras impugnaciones contra las reformas que se han hecho a los documentos básicos.
Alistan frente nacional contra reelección
Además, los exdirigentes del PRI hicieron un llamado a la militancia priista a formar un “gran frente nacional” con la finalidad de dar la batalla legal y política para evitar que las autoridades electorales avalen la reforma a los estatutos del tricolor que entierra los principios de “no reelección” que nacieron con el partido.
En un manifiesto, la corriente priista conocida como Frente Amplio por la Renovación (FAR), advirtió que “el despropósito de adueñarse y perpetuarse del partido y convertirlo en una franquicia electorera a su servicio, solo se logrará si la amplia militancia se los permite”.
“Para ello, es indispensable evitar otra reelección de la actual dirigencia e impulsar, en una verdadera asamblea deliberativa, cambios de fondo que impidan un debilitamiento mayor de nuestro partido o peor aún, como algunos ya lo señalan, la crónica de una muerte muy anunciada.
“Debemos vencer el desánimo de los recientes resultados electorales y de los atropellos de la actual dirigencia, elevando colectivamente la voz de nuestra inconformidad y evitando que, con nuestro silencio o inacción, nos convirtamos en cómplices mudos que al cancelar espacios de resistencia, propicien el alejamiento o franca deserción de cuadros prestigiados de larga trayectoria o de jóvenes militantes que desean incorporarse a la buena política sustentada en principios y valores”, subrayó el FAR.